Ley Anti-saqueos y la excusa para restringir las libertades democráticas
Este lunes la derecha se preparaba a votar la ley anti-protestas -también conocida como ley anti-saqueos-, la cual incluye penas para quienes levanten barricadas, realicen “el que baila pasa” en los cortes de calles, o incluso obstruyan el tránsito, penas que en los últimos casos van desde 61 a 540 días.
La votación en la cámara alta llega luego de que la Cámara de Diputados, con los escandalosos votos a favor de sectores del Frente Amplio y la abstención del Partido Comunista se aprobara la idea de legislar sobre este proyecto de ley.
En definitiva, y como podrá imaginar la lectora o lector, se trata de un proyecto de ley que de aprobarse y oficializarse se legitimara lo que hemos visto durante estos casi tres meses de rebelión popular, con una oleada sumamente brutal por parte de carabineros, con vidas perdidas, agresiones y abusos sexuales, más de 360 lesiones oculares, pérdida de piezas dentales, así como también ataques a la prensa, entre otros.
El proyecto que busca ir por la libertad de reunión
Pero a esta situación e intención de la derecha de imponer mayores medidas restrictivas y autoritarias, se suma también la intención del Ministerio de Justicia de presentar durante el primer semestre del 2020 un proyecto que según ellos “regule” el derecho a la libertad de reunión.
¿Buscarán con este proyecto legalizar e institucionalizar la política de sitiar espacios públicos con efectivos policiales para reprimir toda forma de manifestación social, como lo intentó hacer Felipe Guevara con Plaza Dignidad? Considerando todo el blindaje que le otorgó la derecha, no es una opción que sea descartable.
Sin embargo, lo que busca la derecha es claro: Reprimir todas las formas de manifestación que ponga en peligro la continuidad del viejo Chile, ese Chile de los ricos, los poderosos y los empresarios, los políticos corruptos. Pero esto lo buscan realizar de dos formas, en donde por un lado aumentan las leyes y penas, mientras que por otra parte avalan la brutalidad de Carabineros.
Así mismo lo expresa Felipe Kast, quien afirmó que: “Cuando tú te sientes con el derecho de parar el tránsito, hacer ‘el que baila pasa’ o parar la PSU, estás cayendo en actitudes fascistas, completamente antidemocráticas”. Un claro ejemplo de la derecha buscando posar de democrática para bajo sus excusas imponer la política del garrote.
Abajo la ley anti-protestas y todas las medidas represivas de Piñera y sus secuaces
Las medidas que ha adoptado el Gobierno han sido ampliamente criticadas. En esta tónica encontramos las declaraciones realizadas por el actor Héctor Morales en defensa de las y los dirigentes de la ACES, y al conjunto de las y los estudiantes secundarios que se han movilizado a lo largo del país. En donde también Mario Aguilar, presidente del Colegio de Profesores, ha calificado al mandato de Sebastián Piñera como “profundamente dictatorial”, en donde también ha afirmado que: “Es inadecuado que en estos momentos se pretenda legislar sobre el derecho a reunión, porque uno tiene todo el derecho a sospechar que hay una intención de cercenar un derecho consagrado por convenciones internacionales”.
Y es que no sólo la aprobación minúscula de Piñera de apenas un 10% da cuenta de esto, sino que también los hechos de violencia sistemática que han llevado adelante, mientras busca posar ante la prensa tradicional de democrático.
Sin embargo, toda esta situación, toda la represión y todos los montajes, pueden agravarse al doble de aprobarse esta “ley anti-protestas”. Frente a lo cual todo quien afirme defender la democracia debe votar en contra de esta medida, o de lo contrario se sumará a ser un cómplice de la represión asesina que lleva adelante este Gobierno.
Pero por otra parte, también esto debe ir acompañado de una gran movilización, en donde por ejemplo, desde el Colegio de Profesores, desde las centrales sindicales como la CUT, la Confederación de Trabajadores del Cobre, la Mesa de Unidad Social, todas deben llamar a retomar las movilizaciones, con un plan escalonado y paro nacional de todos los sectores productivos.
No hay otra forma de enfrentar a este Gobierno que hoy nos quiere quitar en el Senado nuestro derecho a movilizarnos en las calles, a decir basta a todas sus injusticias, su opresión, sus abusos y su explotación, y que se apronta a buscar quitarnos nuestro derecho a reunión, como lo intentaron con Felipe Guevara en Plaza Dignidad.
La única forma es seguir adelante con la movilización y potenciarla desde los lugares de trabajo, paralizando el cobre, los puertos, la celulosa, el transporte, las salmoneras. Si las y los secundarios están movilizados hoy, la unidad entre trabajadores y estudiantes haría caer cualquier ley represiva que el Gobierno nos ponga por delante.
Y más clave aun esta unidad, pensando en la trampa a donde nos dirige el acuerdo constitucional con la derecha, que dice estar disponible para generar cambios en la Constitución, pero de acuerdo con la institucionalidad vigente cuestionada por millones en las calles, por tanto, rechazan la posibilidad de una asamblea constituyente, instancia que está por fuera del pacto de los partidos con el gobierno.
Es por ello, que los principales organismos sindicales, estudiantiles y sociales deben impulsar un plan ascendente de lucha que culmine en una huelga general para frenar el engaño del proceso constituyente y que imponga un plan de emergencia con las principales demandas levantadas por el pueblo en las calles, como es el fin a las AFPs, salud y educación gratuita, salario mínimo superior a los 500 mil pesos y la renacionalización de los recursos naturales bajo gestión de las y los trabajadores para financiar estas demandas estructurales. Sólo a través de la movilización y paralización de los principales sectores productivos, de servicio y comercio, podremos imponer una asamblea constituyente, realmente libre y soberana. |