Durante ya más de 70 años que el Estado de Israel lleva a cabo lo que Ilan Pappé, historiador israelí, denominó como “limpieza étnica” en Palestina. Proceso que busca, lenta y paulatinamente, eliminar toda prueba de que alguna vez existió el pueblo palestino sobre lo que hoy se erige Israel. Y es que el imperialismo de este estado, máximo aliado de Estados Unidos, no da ni un pie atrás en su empresa por colonizar las tierras palestinas y destruir su memoria.
Una nueva acción llevada a cabo por Israel para su cometido, denunciado recientemente por ONGs que trabajan en la región, es la de crear reservas naturales y parques nacionales, pero en territorio palestino. De esta manera, Israel realiza un lavado de imagen al construir reservas nacionales, pero al hacerlo en tierras que no son de este Estado, sino que de Palestina, pasa a llevar los territorios habitados por la población árabe, entorpeciendo el desarrollo y expansión de sus barrios y pueblos.
Así, no solo se ven enfrentados a la violencia y el hostigamiento de las fuerzas militares sionistas, también ven cómo sus recursos naturales les son privados y explotados por el estado colonizador.
Para comprender de mejor forma el conflicto, es importante tener en cuenta los Acuerdos de Oslo, firmados en 1993 y 1994. Estos fueron firmados entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), considerada desde 1974 como el organismo representante del pueblo palestino. Cabe destacar que estos acuerdos siempre fueron firmados bajo mediación estadounidense, los mismos que una y otra vez votan a favor de Israel en materias legales, políticas y derechos humanos, hundiendo así las condiciones de vida de palestinos.
Con estos acuerdos, se estableció que Cisjordania sería dividido en tres tipos de áreas: la A, bajo control de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), organización administrativa creada a partir de los Acuerdos de Oslo; Área B, administrada por la ANP pero bajo control de seguridad sionista; y Área C, donde habita población palestina pero controlada absolutamente por Israel, tanto en su administración como en su seguridad.
Es justamente en estas últimas áreas, las C, donde el Ministro de Defensa israelí Naftali Bennett anunció que se construirían siete nuevas reservas nacionales, al interior de Cisjordania, región que hoy en día es considerada por el derecho internacional como “territorio ocupado”. Recientemente este mismo ministro expresó que “hoy estamos reforzando enormemente la tierra de Israel mediante el desarrollo de asentamientos judíos en el Área C, con acciones no palabras”.
Así, Israel a través de una especie de “lavado verde” (propaganda que utiliza materias medioambientales para legitimar sus acciones, políticas o económicas) profundiza en su empresa colonizadora, ocupando territorios palestinos para su propio interés y expansión, con el resguardo del imperialismo estadounidense, violando los derechos básicos del pueblo palestino. Misión que se realiza además, a través de la violación de derechos humanos, el asesinato de niños y niñas, la prohibición de acceso y explotación de recursos naturales, complementado con hipócritas discursos democráticos y civilizadores y con acuerdos y el aval de países de todo el mundo. |