Este jueves se dieron a conocer los resultados de la Encuesta de Estudios Públicos (CEP), donde el Gobierno de Piñera cayó a un 6 % de aprobación y un 82 % de los encuestados indicó que lo desaprueba. En la última edición, de mayo de 2019, la aprobación de Piñera llegó al 25 %, mientras que su desaprobación al 50 %, 12 puntos porcentuales menos que en el periodo octubre-noviembre de 2018.
Un 67 % aprueba una Nueva Constitución y un 13% lo rechaza. Mientras que 20 % mantiene una postura aún indefinida. Sobre las expectativas de la movilización, un 56 % cree que Nueva Constitución ayudará a resolver problemas del país. Sobre el proceso constituyente, un 44 % indicó estar a favor de la convención constituyente, y un 37 % a favor de la mixta.
Sin embargo, la campaña por la "convención constitucional" es una gran trampa de todos los partidos del régimen junto a Piñera para un plebiscito y una "convención" que no tocarán los pilares de la herencia de la dictadura que se han mantenido hasta hoy.
El proceso constituyente está hecho para que nada realmente cambie, como el poder de veto con el que se quedo la derecha de 1/3 de los quórum supra-mayoritarios y que le permite impedir sus posturas, que va a frenar cualquier avance estructural sobre los pilares que dejo asentada la dictadura, o la misma representación de los constituyentes bajo las normas eleccionarias de elección de diputados, o sea regalándole la sobrerrepresentación histórica que ha tenido la derecha en parlamento y privilegiando a los grandes partidos empresariales, o el mismo acuerdo porque no se toquen los tratados económicos internacionales, que incluyen los Tratado de Libre Comercio brutales que tiene firmado Chile, que lo subordinan a la dependencia económica, y que impiden una verdadera soberanía sobre nuestros recursos.
Es por ello, que los principales organismos sindicales, estudiantiles y sociales, así como las conducciones de Mesa de Unidad Social, deben impulsar un plan ascendente de lucha que culmine en una huelga general para frenar el engaño del proceso constituyente y que imponga un plan de emergencia con las principales demandas levantadas por el pueblo en las calles, como es el fin a las AFPs, Salud y Educación Gratuita, salario mínimo igual a la canasta básica familiar y la renacionalización de los recursos naturales bajo gestión de las y los trabajadores para financiar estas demandas estructurales. Con este proceso constituyente esto no se pondrá en debate.
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