La iniciativa fue respaldada por 40 votos a favor y no tuvo votos en contra ni tampoco abstenciones. Del total de 43 senadores, 3 de la tienda oficialista no estuvieron presentes en la votación: Se trata de los parlamentarios de Renovación Nacional Rodrigo Galilea Vial y Manuel José Ossandón y de la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe
RN propone una modificación que asegure una diferencia no mayor al 10% entre la cantidad de hombres y mujeres. En ese sentido, se mantendría la alternancia en las listas por sexo, pero se haría una corrección posterior solamente en aquellos distritos donde exista un desequilibrio de género mayor.
El senado aprueba la paridad pero… en beneficio de las mujeres de los partidos del régimen
La discusión seguirá su curso en la Cámara de Diputados, ahí finalmente se terminará por zanjar la medida.
La propuesta aprobada, bajo el cometido del gobierno, mantiene las listas cerradas, lo que favorece a los partidos del régimen dentro del proceso constituyente.
El Senado después de haber aprobado medidas contra las manifestaciones realiza un lavado de imagen dentro de un proceso que permitirá que una minoría tenga capacidad de veto frente a las propuestas que no les benefician.
Los derechos de “igualdad” para las mujeres quedan relegados a los partidos empresariales y la oposición que entraron en el juego del gobierno de un proceso constituyente trucho que no permitirá que los reclamos del pueblo trabajador puedan ser resueltos.
El Chile neoliberal impugnado el 18 de octubre mantiene a miles de mujeres en las peores condiciones, son las que encabezan las listas de pobreza y trabajo precario, donde el subcontrato tiene rostro de mujer.
Los paladines de la paridad en el Senado realizan estos cambios cosméticos mientras se niegan a cambiar esta realidad estructural que viven en su mayoría las mujeres trabajadoras y pobres que no tendrán voz en su proceso constituyente.
Si lo podrán hacer las mujeres ligadas a la derecha y centro izquierda, las mismas que se beneficiaron con haciendo negocios con las privatizaciones de la dictadura y que se han desempeñado en la administración de este régimen para ricos.
Para conquistar la “igualdad” que necesitamos las mujeres de la clase trabajadora, necesitamos imponer una vía favorable a nuestros intereses, una asamblea constituyente verdaderamente libre y soberana, sin trabas ni vetos políticos de parte de los partidos empresariales.
Con la capacidad de discutir todos los temas que hoy nos golpean, como terminar con las pensiones miserables que hoy reciben miles de mujeres en Chile, por un sistema de reparto solidario gestionado por trabajadores, trabajadoras y jubilados.
Discutir terminar con el negocio de la salud, por un sistema de salud público, financiado por el estado y gestionado por trabajadores y usuarios. Por un programa de emergencia que ponga como primer orden la expropiación de los recursos estratégicos bajo control de la clase trabajadora para terminar con todas las herencias de la dictadura.
Las mujeres socialistas de Pan y Rosas luchamos por esta perspectiva y no creemos en las promesas de igualdad de los que históricamente han sostenido un régimen conservador y que ha negociado con nuestras vidas. |