Hace cuatro años empleaba a 4.700 personas, hoy su planta alcanza apenas las 1.500. En 2016 vendió las líneas de yogures, flanes y postres y en 2017 recibía del gobierno de Mauricio Macri $4.500 millones del programa Fondear en calidad de ayuda para “financiar su reestructuraciòn”. Hace más de un año comenzó con suspensiones y despidos encubiertos. Hoy no paga ni las indemnizaciones de los que aceptaron el “retiro voluntario”.
“Nos avisaron que no íbamos a pertenecer más al plantel, pero que no nos iban a despedir, ofreciendo un arreglo al 50% en cuotas que sabemos que no lo pagan”. Así comenzó la conversación con unos de los despedidos. “Todo el mundo sabe que ya hay gente que arregló antes y no les están pagando. Somos más de 100 familias; casi todos repositores de la zona norte, sur, este y oeste de Buenos Aires”, comentó otro de los trabajadores afectados, quien agregó: “No se sabe qué va a pasar con nosotros, del gremio no podemos esperar mucho, en el 2017 firmaron un convenio a la baja y nos flexibilizaron”.
El secreto y el “aporte solidario”
Como ya denunciamos en otro artículo, SanCor le pidió a sus trabajadores un “aporte solidario” del 15% de su sueldo, arreglo que acordó con el sindicato a espaldas de todos. “Le pedimos al sindicato que nos informe de todo lo que hablan con la empresa. Supuestamente esta semana iban a presentar una nota con reclamos, pero que nosotros nunca vimos, no se la pasaron a nadie”, comentó otro de los despedidos.
Sabemos que de los patrones no se puede esperar nada. Pero, ¿por qué el sindicato no toma medidas de fuerza? Se trata de Atilra, la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina, dirigido por Héctor Luis Ponce. “Supuestamente van a ir al Ministerio de Trabajo, pero todo muy silencioso, muy misterioso el accionar del sindicato, esa cosa del secreto no va”, sentenció con enojo, “incluso a los trabajadores del interior no les dicen nada, si no nos comunicamos entre nosotros nadie se entera”.
Al preguntar por las medidas de lucha, uno de los despedidos respondió: “cuando le exigimos [en referencia al sindicato N d R] hacerle un paro a SanCor nos dijeron que si le hacíamos paro íbamos a fundir a la empresa y perdíamos todos los puestos de laburo, pero ahora ya los perdimos y no están haciendo nada. Acá hay más de 600 personas paradas y no se toma ninguna medida”.
Tres reclamos, una carta
Un año antes, Alejandro aceptó este despido encubierto, firmando un retiro voluntario al 100% de la indemnización que le pagarían la mitad en cuotas. No le pagaron nada, cansado de hablar con sus abogados, el lunes pasado fue a la Casa Rosada a dejar una carta con tres exigencias claras.
“Una cuadra antes de llegar escribí en un papel algo que decía tres cosas fundamentalmente, que SanCor no despida más, que paguen las indemnizaciones que corresponden a los años que trabajamos y en las que adeudan, que las actualicen respecto a la devaluación”.
“La carta la recibió Gustavo Beliz, porque le hice señas a un auto cuando estaba entrando a la Casa Rosada y él, que es Secretario de Asuntos Estratégicos de la Nación, la recibió y me dijo que iba a acercarla al Ministerio de Trabajo”, contó Alejandro a La Izquierda Diario.
El vaciamiento
SanCor se quedó con seis plantas, tres en Santa Fe (San Guillermo, Sunchales y Gálvez) y otras tres en Córdoba (Balnearia, Devoto y La Carlota). El año pasado vendieron a Adecoagro dos plantas con las marcas Las tres niñas y Angelita incluidas, por una suma de 45 millones de dólares. Esta empresa es una gigante alimenticia que crece en manos de negocios agroindustriales y que cotiza en Nueva York.
Los rumores que se oyen en la planta de Buenos Aires y Santa Fe, pero que todavía niegan en las cúpulas empresariales -incluso con comunicados públicos-, es que Adecoagro pretende ser su nuevo mayor accionista, para que SanCor deje de ser una cooperativa y pase a ser una Sociedad Anónima. La Nación, TN y Ámbito Financiero lo vienen anunciado de diferentes formas desde el 2018, a pesar de que la compra del 90% de las acciones no se concretó, sus adquisiciones son importantes en el mundo lácteo.
En noviembre de 2019 SanCor cerró una logística en Tucumán y en 2018 clausuró su distribuidora de Bahía Blanca, dejando en total a 90 familias en la calle. La mayoría de los afectados posee más de diez o quince años de antigüedad.
Esta operación de Sancor, apañada por la falta de un plan de lucha del sindicato Atilra, pretende que los trabajadores que dejaron diez, quince o veinte años de su vida en la fábrica y en los repartos se queden en la calle sin nada y paguen una crisis que no es de ellos.
Desde La Izquierda Diario seguiremos informando a los lectores y acompañando a los trabajadores en su reclamo. |