Las lluvias torrenciales son un fenómeno meteorológico previsible, de hecho suelen ocurrir durante el verano. Sin embargo, se transforman en cataclismos debido a que la política de los gobernadores de turno están direccionadas hacia una porción de la población, los empresarios y los sectores pudientes.
En la provincia de Minas Gerais más de 47 personas murieron tras los fuertes temporales que azotan la región. El boletín divulgado por Defensa Civil de la provincia reporta además 18 desaparecidos, 13.887 desalojados y 3.354 personas que fueron acomodadas en alojamientos improvisados en escuelas y gimnasios públicos. Más de 100 municipios fueron declarados en emergencia.
En la provincia de Espírito Santo, que desde el 17 de enero también sufre el embate de las lluvias estivales, hubo 9 muertos, 8.777 personas desalojadas y hay 1.312 personas sin hogar. Según informa el diario Folha de S.Paulo, “20 municipios capixabas [de Espírito Santo] se encuentran en alerta máxima frente a posibles inundaciones y deslizamientos de tierra. En Colatina, ciudad de 120.000 habitantes a 130 km de [la capital del estado] Vitoria, el nivel del Rio Doce pasó la cota de inundación y el agua invadió la ciudad”.
Las ciudades de Iconha, Alfredo Chaves, Vargem Alta y Rio Novo do Sul están en estado de calamidad pública. Las nueve muertes ocurrieron en esas ciudades y más de 5.000 personas siguen desalojadas. Pero es el município de Alegre el que tiene más personas sin hogar: 2.300 habitantes no tienen condiciones de quedarse en sus casas y tampoco tienen adónde ir. Hay varios puntos cortados parcial y totalmente en las rutas que atraviesan Espírito Santo, lo que dificulta las tareas de rescate y las comunicaciones.
Las historias son desgarradoras. Gilberto do Carmo Silva, de 41 años, habló por última vez con su madre, Marlene do Carmo Silva, de 58 años, alrededor de las 20 horas del viernes. “Me dijo que estaba todo bien”, recordó el albañil. “Minutos después me llamó un amigo, diciendo que me necesitaban en el barrio, que había ocurrido una tragedia. No pasó por mi cabeza que era esto”, recordó conmocionado. Su madre y tres hermanos murieron en un deslizamiento de tierra en el barrio Vila Bernardete, en Barreiro, Belo Horizonte. El albañil, mientras recibía el consuelo de amigos, dijo que es difícil saber qué va hacer de acá en adelante. “No lo se. Mi madre era nuestro soporte. Todos nos ayudábamos. Solo Dios. Es un dolor que no va a pasar”.
En Pacotuba, tres pescadores fueron rescatados de un árbol frutal. Según un mayor de Núcleo de Operaciones y Transportes Aéreos (Notaer), órgano militar involucrado en los rescates, los hombres estaban aislados hace cuatro días, y en los últimos dos decidieron subir al pie de jamelão porque estaban sin comida. En el mismo municipio, un productor rural fue rescatado luego de estar cuatro días sin comer tras de quedar aislado en su casa.
El factor de las lluvias no es la causa determinante de la tragedia que azotó principalmente Minas Gerais, pero también Espírito Santo, otra provincia de la misma región sudeste. Las lluvias torrenciales son un fenómeno meteorológico previsible, de hecho suelen ocurrir durante el verano. Sin embargo, se transforman en cataclismos debido a que la política de los gobernadores de turno están direccionadas hacia una porción de la población, los empresarios y los sectores pudientes.
Recién cuando la tragedia anunciada se materializó en decenas de muertos, los gobiernos federal, provincial y municipal se mostraron prestos a resolver los problemas. El Ministerio de Desarrollo Regional (MDR) amplió en forma sumaria a 47 la cantidad de municipios mineros en situación de emergencia por los temporales, y dispuso más de 20 millones de dólares para acciones de socorro, asistencia y reconstrucción en todo el país.
Sin embargo, los muertos, los desaparecidos, las pérdidas irrecuperables de las familias, podía haber sido evitada. Todos los años las historias se repiten. Les trabajadores y el pueblo pobre son las mayores víctimas de las lluvias de verano. La acción de las empresas sobre los suelos y las barreras naturales de los caudales son impulsadas a lo largo de todo el años por los gobernadores de turno. La responsabilidad de que el aumento de las lluvias se transforme en un aluvión que barre las casas de la población es de ellos, gobernadores y empresarios, que viven bien resguardados. Los 20 millones de dólares, que salen del erario público, son una migaja al lado de las enormes ganancias que hacen las grandes mineras y constructoras.
Sigue viva en la memoria colectiva la tragedia de Brumadinho, que hace un año se cobró la vida de 259 personas y dejó 11 desaparecidos. Es un ejemplo gráfico de la terrible dinámica capitalista. Como expresaba el MRT, grupo que impulsa Esquerda Diário de Brasil, en aquel momento: “[el gobernador] Zema mantuvo en su gobierno al secretario de Medio Ambiente que fue responsable por reducir etapas de licenciamiento ambiental durante los años de Gobierno del PT, y el vicepresidente de su Partido Novo en Minas Gerais salió a defender a la gigante minera Vale en las redes sociales después del crimen social que provocó en Brumadinho.
En el Gobierno de Bolsonaro ingresaron representantes de las mineras, profundizando lo que ya venía ocurriendo en el gobierno golpista de Michel Temer, como Leonardo Quintão, exdiputado abiertamente financiado por las mineras y que hoy integra el Gabinete de Bolsonaro, dirigido por Onyx Lorenzoni, que por su parte declaró que “no habrá ningún tipo de intervención del Gobierno en la Vale”. El general Franklimberg Freitas, que era del consejo de la minera Belo Sun y reasumió en el gobierno de Bolsonaro el comando de la Fundación Nacional del Indio (Funai)”.
Año tras año las lluvias de verano provocan víctimas fatales e inmensos daños materiales precisamente en la vida de las personas más pobres, expuestas a los lugares más precarios de vivienda. Los trabajadores y el pueblo pobre tienen planteado poner sus organizaciones al servicio de la lucha contra la voracidad capitalista y por un plan de mejoramiento de sus condiciones de vivienda y de vida y de preservación del medioambiente.