Éric Toussaint, historiador y doctor en Ciencias Políticas, estudió el endeudamiento a nivel internacional. Sobre el acuerdo con el FMI, sostuvo en una entrevista a Ideas de Izquierda, que el préstamo del organismo es un acto “hostil a la Nación Argentina, al pueblo argentino. Por lo tanto, para mí, se aplica la doctrina de la deuda odiosa: cambio de gobierno y los dos criterios para definir una deuda odiosa”.
El primer criterio es que la deuda haya sido contraída contra los intereses de la nación, del Estado o del pueblo.
El segundo criterio es que los prestamistas estaban al tanto de esa situación o no pueden demostrar que no podían saberlo.
Toussaint aclaró que “según esa doctrina, la naturaleza del gobierno que tomó la deuda no importa. Hay una interpretación falsa de la doctrina de la deuda odiosa. Dice que hay un tercer criterio: el régimen que tomó la deuda era despótico. Es falso”.
La doctrina de la deuda odiosa fue elaborada por el jurista ruso Alexander Nahum Sack, quien analizó la jurisprudencia de un siglo y medio de litigios. Según Sack, “se debe considerar como gobierno regular el poder supremo que existe efectivamente en los límites de un territorio determinado. Que ese poder sea monárquico (absoluto o limitado) o republicano; que proceda de la ’gracia de Dios’ o de la ’voluntad del pueblo’; que exprese la ’voluntad del pueblo’ o no, del pueblo entero o solo de una parte de este; que haya sido establecido legalmente o no, etc., todo eso no tiene importancia para el problema que nos ocupa.” Es necesario rechazar el pago de la deuda y el acuerdo con el Fondo.
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