El activista y defensor de derechos humanos, Luis Villagrán, denunció en entrevista con Azucena Uresti (Grupo Radiofórmula) que le negaron el acceso a la Estación Migratoria Siglo XXI en Tapachula, Chiapas.
Lo anterior, a pesar de que el comisionado nacional de Migración, Francisco Garduño, había dado la orden de dejar pasar organizaciones civiles a las estaciones migratorias, y de que el activista contaba con un mandato judicial para visitar al migrante José Luis Gálvez Gálvez como su representante legal.
No sirvió de nada tampoco la actuación de la quinta visitadora de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que se permitiera el acceso a Luis Villagrán.
Las autoridades de la estación migratoria sólo respondieron que Gálvez Gálvez se había desistido de ratificar un amparo que había interpuesto, lo cual no pudo ser constatado por Villagrán pues no ha podido hablar con su representado. Y sin dar más razones negaron el ingreso.
Luego del escándalo, las palabras se las llevó el viento
La semana pasada causó un amplio rechazo, con repercusiones internacionales, la escandalosa decisión anunciada por el Instituto Nacional de Migración (INM) de impedir el paso de asociaciones civiles y religiosas a las estaciones migratorias.
Desde hace meses, miles de migrantes se mantienen hacinados en esas estaciones, verdaderas cárceles denunciadas por la violación a los derechos humanos. La visita de las organizaciones no gubernamentales es la única posibilidad de que los migrantes reciban asesoría jurídica y de que se vigile la no violación de derechos humanos.
Sin embargo, la medida tomada por el INM se trataba de justificar cínicamente, "por razones de operatividad" ante la llegada de una nueva caravana migrante desde Centroamérica. Esto, a pesar de que el propio Reglamento de la Ley de Migración establece, en su artículo 226, el derecho de las personas extranjeras presentadas en las estaciones migratorias a:
“Ser visitadas por su cónyuge, concubina o concubinario o figura equivalente, familiares, representante legal, representante consular, autoridades competentes, representantes de organismos no gubernamentales y ministros de culto acreditados en los términos del presente Reglamento”.
Pero tanto escándalo causó la noticia, que la Secretaría de Gobernación salió a desconocer el oficio del Instituto.
Palabras al viento
Por su parte, el propio López Obrador rechazaba la medida en su conferencia mañanera del 29 de enero, frente a lo cual, ese mismo día, decíamos: “Hasta el momento, sin embargo, se trata sólo de palabras.” Y como lo muestra el caso de Luis Villagrán, las palabras se las llevó el viento y la política persecutoria del gobierno de AMLO se mantiene igual.
Así, la absoluta indefensión de los migrantes, el maltrato y las condiciones deplorables que padecen en las estaciones migratorias, continúan como expresión de la política antimigrante del gobierno de la 4T. Subordinándose a los deseos de Donald Trump se mantiene a la Guardia Nacional desplegada en la frontera sur para reprimir a quienes intentan cruzarla para transitar hacia Estados Unidos, huyendo de la violencia y la miseria en sus países provocadas por la propia política imperialista de los gobiernos estadounidenses.
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