En un nuevo aniversario de la lucha de las obreras textiles del Parque Industrial de Neuquén en defensa de sus puestos de trabajo, ceramistas, estudiantes, docentes y trabajadores y trabajadoras de la salud, recuerdan esos días de resistencia y organización
El 31 de enero del 2017 por la noche, cuando las trabajadoras estaban de vacaciones, los empresarios Huerta en complicidad con la policía de la provincia, vaciaron la fábrica textil.
El 1 de febrero las trabajadoras en asamblea decidieron ingresar a la fábrica en resguardo de sus fuentes de trabajo.
Después de una larga lucha de 11 meses, rodeadas y abrazadas por la gran solidaridad de la comunidad y de las organizaciones, ganaron la batalla contra los empresarios y el gobierno del MPN. Recuperando las máquinas, cobrando sus indemnizaciones al 100% y preservaron todos los puestos de trabajo. Continuaron produciendo a través de la cooperativa de trabajo, que la llamaron Traful Nehuen que significa "la fuerza de la unidad". Hoy a pesar del ahogo del gobierno provincial estas heroicas mujeres continúan produciendo y defendiendo sus puestos de trabajo.
Reproducimos algunos de los testimonios de ceramistas, docentes, estudiantes, trabajadores y trabajadoras de la salud. Todos los testimonios, rescatan el ejemplo de las Leonas del Parque Industrial como símbolo de lucha, organización y resistencia de las mujeres trabajadoras en defensa de los puestos de trabajo, ante la crisis y el ajuste que Gobierno nacional y provincial vienen descargando sobre las espaldas de la clase trabajadora.
Bernardo, trabajador de Cerámica Neuquén. “Me dejó una admiración tremenda. Mujeres que defendieron sus puestos de trabajo. Nosotros veníamos de una lucha de hacía tres años de pelea por nuestros puestos de trabajo, pero acá se trataba de mujeres que se enfrentaron a los empresarios y a la casta de políticos que los defienden. Marcaron bien lo que es la lucha de clases, y lograron algo que, al principio, quizás para muchos parecía imposible. Me siento orgulloso de haber sido parte, porque en lo particular a mí me marco mucho. Me hizo involucrarme más, tomar partido, ver la importancia de organizarse, incluirme y hacerme parte de la pelea por cambiar todo”.
Esteban Martiné. “Para la mayoría de los pibes y pibas que acompañaron, era la primera vez que pisaban una fábrica y a su vez, para muchas obreras fue la primera vez que entraron a la universidad. Ellas entraban y conmocionaban a todos con su experiencia. Para nosotros fueron meses de una gran experiencia, de pasar noches con ellas, de leer y discutir con ellas, y poner en pie, en lo concreto la unidad obrera estudiantil. En ese momento ya todas las burocracias sindicales mostraban que iban a dejar pasar todos los ataques y ajuste pero en cambio, ellas mostraron en ese contexto, de lo que es capaz la clase trabajadora cuando se organiza”.
Peque, de la Comisión de mujeres de Madygraf. “Ellas fueron y son un gran ejemplo porque muestran que mientras los gobiernos quieren que bajemos los brazos, las mujeres estamos en pie de lucha y organizadas. En Madygraf también estamos organizadas y dando pelea porque tampoco confiamos en los partidos políticos que gobiernan y que sabemos que defienden los intereses de los empresarios, esos que se van de un día para el otro, vacían las fábricas y dejan a los trabajadores y trabajadoras y sus familias en la calle”.
Daniela, hija de Norma Brizuela, obrera textil. “Te puedo hablar como familia. Nosotros estábamos esperando que salga a favor de ellas, no podíamos creer tanta desigualdad. No podíamos creer lo que habían hecho con ellas, les sacaron no sólo los derechos, también la comida, meses de no dormir en sus camas, el lugar donde podían hablar cosas que en la casa no podían. Todo eso le sacaron en una noche. Y para nosotras, como familia, cuando vimos a mi mama y a sus compañeras, con tantas fuerzas y tantas ganas de no resignarse, esa es la mejor enseñanza que te pueden dejar. Eso son las textiles para nosotros, una enorme enseñanza.”
Paloma hija de Fachi, trabajadora textil. “Yo me acuerdo del día del trabajador, que se hizo en la textil y que ese día, después de un accidente volvió ese día mi mamá a la fábrica y vi como la recibían sus compañeras, que también se emocionaban y yo iba a la escuela y me emocionaba contándoles a mis compañeras y compañeros. Y me da orgullo que no se hayan ido a las casas y hayan peleado”.
Graciela, docente de Centenario. “A 3 años de esta enorme lucha lo primero que me viene es un paralelo a una lucha contra la resignación, dada por mujeres. Además, que lo hace doblemente valioso, con más esfuerzo y valentía. Nosotras como docentes, estábamos en lucha y llevamos esa lucha también dentro de nuestro sindicato y participando con la Agrupación Negra pudimos unificar y hacer una marcha enorme que salió del PIN, desde la fábrica textil. Creo que lo que deja es el reconocimiento de esta lucha contra la resignación del no, no se puede hacer nada”.
Franco Vergara, referente de la lucha de MAM. “Para los trabajadores de MAM fue un ejemplo concreto a seguir de lo que empezaríamos a vivir meses después. Nos tocaría vivir lo que nadie piensa que puede pasar, afrontar despidos y suspensiones y por miedo a un vaciamiento ocupamos la fábrica en defensa de nuestros puestos de trabajo. Y lo que me queda siempre grabado es cuando ellas se acercan y por la reja charlamos y nos contaban su experiencia de organización con otras trabajadoras y trabajadores. Nos ayudaron a ver que la respuesta no iba a venir de arriba, ni de un patrón ni de un gobierno, que la respuesta había que arrancarla. Entendimos del ejemplo de ellas, como de Zanon, que eso era así, que la respuesta para los trabajadores había que arrancarla y que a los trabajadores no nos regalaron nada, que fueron conquistas.”
Mercedes, trabajadora del Hospital Castro Rendon. “La lucha de las obreras textiles fue una experiencia que me dejó muchos aprendizajes como militante. Conocer la camaradería, la solidaridad de clase, "bancar con el cuerpo". Las guardias a sol y sombra, convencidas de que el camino tiene que ser colectivo".