"TAP y el Gobierno buscan desesperadamente fabricar y fomentar escisiones imaginarias en el seno de los pilotos con el propósito de desmotivarlos", denunció hoy el sindicato de los pilotos en un comunicado.
Mientras el Gobierno pide a los pilotos sensatez y responsabilidad, TAP ya ha calculado que el paro podría causar hasta 70 millones de euros de pérdidas a la empresa, que está en vías de privatización y arrastra pérdidas del 2014.
Los pilotos, que suman en plantilla 985, de los cuales 786 tienen filiación sindical, protestan por considerar que el Gobierno incumplió lo pactado con ellos en diciembre del 2014 en lo referente a las condiciones de la venta de la compañía.
Entonces, el paro que habían convocado los pilotos y el resto de empleados para las Navidades llevó al Gobierno portugués a decretar la intervención civil, un mecanismo extraordinario que obliga a los trabajadores a presentarse en su lugar de trabajo bajo amenaza de castigo penal si no lo hacen.
De esta manera, se inhibió a los trabajadores a organizar la protesta.
La aerolínea, líder en pasajeros transportados entre Portugal y España y entre Europa y Brasil, vuela a 88 destinos en África, Europa y América, cuenta con una plantilla de más de 5.000 personas y una flota de 77 aviones.
Las autoridades portuguesas fijaron los servicios mínimos exigidos durante los diez días de huelga convocada por los pilotos de la aerolínea lusa TAP, que amenaza con paralizar el servicio a principios de mayo.
El tribunal arbitral encargado de analizar los motivos del paro exigió que se mantengan todas las conexiones aéreas con el archipiélago de las Azores, tres conexiones diarias -de ida y de vuelta- al de Madeira, y vuelos a Alemania, Angola, Bélgica, Brasil, Francia, Italia, Luxemburgo, Mozambique, Reino Unido y Suiza.
Sin embargo, no fijó servicios mínimos para España -donde vuela a los aeropuertos de A Coruña, Barcelona, Bilbao, Madrid, Málaga, Oviedo, Sevilla y Valencia- ni tampoco para Colombia y Venezuela.
Para tomar esta decisión tuvo en cuenta "las enormes comunidades de emigrantes y ciudadanos portugueses emigrados" a algunos de estos países, según precisa en un texto.
El Grupo TAP -que además de la aerolínea incluye otras empresas del sector aeronáutico con importantes deudas- se encuentra en pleno proceso de privatización desde que fue relanzado su concurso, en noviembre de 2014.
La Izquierda Diario / Agencias |