Concepción Matilde Zorrilla de San Martín Muñoz era el nombre completo de una mujer. China Zorrilla era el nombre de una artista.
Era de Montevideo, pero había adoptado a la Argentina como su país, vivió en Buenos Aires hasta que decidió volver a su ciudad natal ante su estado de salud y con 91 años.
Nieta e hija de artistas (su padre era el escultor José Luis Zorrilla de San Martín y su abuelo el poeta Juan Zorrilla de San Martín), comenzó su actividad artística desde muy joven en las fiestas familiares.
Ya en su juventud en la década del 40 dio sus primeros pasos dentro del grupo Ars Pulcre (de la asociación de estudiantes católicos) y aún en Uruguay fue dirigida por Margarita Xirgú en obras tan emblemáticas como Bodas de Sangre, Sueño de una Noche de Verano o Romeo y Julieta en el Teatro Solís de Montevideo. Fue becada por el British Council para estudiar en la Royal Academy of Dramatic Art en 1947 en Londres.
En la década de los sesenta vivió en Nueva York donde trabajó como profesora de francés y secretaria. Junto a Carlos Perciavalle representaron en Broadway "Canciones para mirar" de María Elena Walsh.
Su llegada a la Argentina fue en 1971 cuando encarnó a doña Natividad en Un guapo del 900, convocada por Lautaro Murúa. Este fue el quiebre en el que comenzó una trayectoria en nuestro país en la cual no paró de cosechar éxitos y premios. Aunque su establecimiento de larga duración de este lado del río coincidió con el inicio de la dictadura cívico-militar uruguaya en 1973 que la proscribió. Tal vez su papel consagratorio fue en Esperando la Carroza (1985, dirección de Alejandro Doria), una joya del cine nacional de los 80 que retrataba la vida de una familia clase media-clase media baja, con una "pobreza digna" como expresaba el personaje de Brandoni, que describía con escenas muy ácidas las contradicciones de ese grupo de personas egoístas, chismosas, celosas, conservadoras y “duros e insensibles como los Musicardi”, en la post dictadura, con cortes de agua, una abuela que no encuentran y la desopilante búsqueda que inician.
China Zorrilla tuvo el logrado papel de Elvira, una de las cuñadas, nuera de Mamá Cora y esposa de Sergio Musicardi. Un personaje cuyas frases han quedado escritas de manera indeleble en la mente del público. Sólo una artista tan grande puede decir con semejante cadencia y potencial de humor la frase : " La charlatana de al lado me imita en todo: Yo hago puchero, ella hace puchero. Yo hago ravioles, ella hace ravioles. ¡Qué país".
En su labor artística en Argentina se encuentran films como “La Nave de los Locos”, “La Peste” y “Besos en la frente” en la cual el personaje de China enamora al de un joven Leonardo Sbaraglia en una historia de amor platónico. “Elsa y Fred” fue un homenaje a Fellini en clave de comedia romántica entre dos ancianos, ella argentina y el español, en cuya escena cúlmine China Zorrilla se da el lujo de imitar a Anita Eckberg y meterse en la Fontana Di Trevi.
En teatro su trayectoria es tan extensa en términos de obras, géneros, papeles, teatros y lugares del mundo en los que ha actuado que no alcanzarían dos páginas para contarlo. Lo mismo sucede con sus premios y condecoraciones entregados por gobiernos, asociaciones artísticas, ongs, organizaciones de periodistas y la gente común que la elegía una y otra vez. Fue actriz, directora, guionista, regisseur.
Su retiro fue festejando sus 90 años e interpretando la obra Las d’enfrente en el Teatro Nacional Cervantes con ovaciones de pie y profunda emoción de los asistentes.
Su muerte deja un vacío enorme, una espacio difícil de ocupar por todo lo antes mencionado, por su genialidad y por haber vivido con intensidad cada época y haber compartido ese vivir con el público en cada espectáculo que hizo y al cual hizo llorar de la risa, llorar de emoción o simplemente enamorarse de cada personaje que representó.
Una ARTISTA con mayúsculas, porque así fue su carrera: MAYÚSCULA . China Zorrilla (1922 – 2014) |