Las elecciones municipales del pasado domingo fueron suspendidas por orden de la Junta Central Electoral (JCE), cuatro horas después del inicio de las votaciones, por un fallo generalizado en las máquinas de votación, que se usaban por vez primera en unos comicios y que no mostraban a todos los candidatos en la pantalla.
El nuevo sistema electrónico solo se implementaba en 18 de los 158 municipios del país, entre ellos la capital, Santo Domingo. Sin embargo, esos municipios albergan a más del 60% del electorado. República Dominicana tenía planificado para el domingo 16 de febrero elecciones municipales y para el 17 de mayo las presidenciales y parlamentarias. Unas elecciones que ya se vaticinaban que podrían ser manipuladas con el nuevo sistema electrónico de votación.
La multitudinaria movilización de este miércoles se congregó frente a la sede de la Junta Central Electoral (JCE) en Santo Domingo, en niveles que superó a las registradas el lunes y martes, días en los que hubo protestas, pero de menor magnitud, llevando la crisis política en República Dominicana a un nivel superior. También se realizaron marchas en Santiago (norte), segunda ciudad del país, y numerosas ciudades y pueblos del interior.
La movilización de ese miércoles pegó un salto, en parte, en respuesta a la represión de la concentración del martes, cuando uniformados lanzaron bombas de gas lacrimógeno al grupo de centenares de personas que se habían concentrado frente a la Junta Electoral. Pero también por los grandes escándalos de corrupción en los que se ha envuelto el Gobierno de Danilo Medina y su partido, el PLD (Partido de la Liberación Dominicana). Como lo expresaba una manifestante: “Estamos aquí para decirle basta ya al Gobierno, de que nos quieran pisotear”.
La concentración ha sido en su gran mayoría de jóvenes donde muchos se vistieron de negro, llevando pancartas con mensajes contra el Gobierno, contra la corrupción y exigiendo respuestas por la suspensión de las elecciones. Es que se habla de sabotaje de las máquinas de votación producto de una tentativa fallida de fraude electoral que consistía en excluir a candidatos opositores de las boletas electrónicas.
Por eso los ojos están puestos en el Gobierno del actual presidente Danilo Medina que, tras su fracasado intento de reelegirse, las divisiones en su partido PLD luego de la salida del ex presidente Leonel Fernández –que también se presenta a las presidenciales del 17 de mayo, y con un candidato oficialista, Gonzalo Castillo, acusado de corrupción, apuntaba a una probable derrota electoral.
Pero la continuidad de las elecciones con la ausencia de candidatos de oposición en las boletas electrónicas, no podría apuntar más que a un mega fraude, por lo que la Junta Electoral decide suspender las elecciones, convocándolas para el 15 de marzo próximo y decidiendo que la votación será manual.
El alegato de que se trató de problemas técnicos por parte del Gobierno y por la propia JCE ha sido muy cuestionado, pues pesar de estar al tanto del posible problema una noche antes, la Junta Electoral no interrumpió el proceso electoral.
Por lo que se habla de una tentativa fallida de fraude, por lo que algunos sectores de izquierda exigen la renuncia de Danilo Medina por tener la responsabilidad de la situación desarrollada el domingo pasado, además de que viene de firmar un TLC con Estados Undios. Pero lo que es seguro es que, con esta nueva crisis abierta, con elecciones cruzadas de importantes movilizaciones, la suerte de Danilo Medina está echada.
Pero de lado de los principales partidos de la oposición tampoco puede esperarse nada bueno. Es el caso del Partido Revolucionario Moderno (PRM) del empresario Luis Abinader, la recién fundada Fuerza del Pueblo (FP) de Leonel Fernández que aglutina a diversas fuerzas políticas como a los belagueristas del El Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Alianza País de Guillermo Moreno, entre otras fuerzas políticas. En República Dominicana no hay una candidatura que represente los intereses de los trabajadores y el conjunto de las masas explotadas.
Aún está por verse cómo se terminará desarrollando la crisis política en República Dominicana en medio de las movilizaciones que se han desatado. Pero solo la movilización independiente de las masas dominicanas de todos los partidos patronales puede poner en perspectiva una salida propia de los trabajadores y los explotados. |