El Rector de la UNSaM, Carlos Greco, expresó en Le Monde Diplomatique su idea de cobrar un “tributo” a quienes egresan para compensar la falta de presupuesto universitario. La “solidaridad” de estudiantes (pagar por educación) es la nueva propuesta para compensar las restricciones que genera el pago de la deuda externa.
Al entrar a la Universidad Nacional de San Martín los nuevos ingresantes pueden imaginar una institución con grandes presupuestos, capaz de cumplir las expectativas de estos miles de nuevos estudiantes que aspiran a poder realizar una carrera universitaria.
Sin embargo, esta apariencia de un extenso campus con numerosos edificios y grandes espacios abiertos engañan. Los edificios están en “construcción” hace años, las aulas están sobrecargadas de estudiantes, hay poca oferta horaria, se han cerrado carreras y se pueden seguir contando otras problemáticas que muestran la profundización del ajuste que ha sufrido la educación en los últimos cuatro años de macrismo, especialmente bajo la tutela del FMI.
El 2020 comenzó sin un presupuesto nacional aprobado, ni siquiera presentado. El Gobierno nacional condiciona su presentación en el Congreso al futuro de las negociaciones de la deuda externa con el FMI. Mientras prometen negociar sin aplicar un ajuste, reconocen como legítima y se niegan a investigar una deuda totalmente ilegal y fraudulenta, tomada por el gobierno de Macri para garantizar la fuga de capitales mientras aplicaba un ajuste feroz sobre todos nosotros. De toda esa plata los trabajadores y los estudiantes no vimos ni un solo peso.
Para compensar lo perdido durante el gobierno de Cambiemos, el gobierno de Alberto Fernández propone la solidaridad de la sociedad. Pero los solidarios que dice no son los que ganaron enormes fortunas estos años, es decir, los bancos, las petroleras o las empresas de servicios públicos, sino todos aquellos trabajadores que “ganan un poquito más”.
Así se votó en el Congreso que los jubilados que ganan más de $ 16.200 recibirían aumentos menores a los que les correspondían. También quieren que los trabajadores formales sean solidarios en sus paritarias sacando la cláusula gatillo.
Ahora buscan aplicar esta nueva “solidaridad” en las universidades. El rector de la UNSaM Carlos Greco expresó en un artículo de Le Monde Diplomatique de diciembre del 2019 que “resultaría claramente equitativo que aquellos que fueron beneficiados personalmente con el aporte público de la educación superior y detentan un nivel de renta y acumulación significativo, tuvieran la oportunidad de retribuir tal inversión a través de un tributo que tenga como únicos destinatarios a los estudiantes ingresantes de menores recursos”.
El rector de la UNSaM propone entonces que los años de ajuste ahora los paguen los egresados, a modo de arancel tardío que pondría en cuestión la continuidad de la gratuidad de la educación.
Esta repentina preocupación por los problemas presupuestarios se contradice con la aceptación que hubo desde los rectores de todo el país a los presupuestos a la baja que enviaba el gobierno de Cambiemos. Solo en 2019 el aumento del presupuesto de la UNSaM quedó 34 % por debajo de la inflación, siendo aprobado en el consejo superior de la universidad, con la complicidad no solo del rector sino también de los representantes estudiantiles de las agrupaciones del Frente de Todos.
Incluso Greco reconoce en la misma nota que los aumentos solo “ajustaron parcialmente los salarios del personal”, reconociendo sin mayor culpa la caída que sufrieron los salarios de docentes y trabajadores de la universidad.
Uno se pregunta entonces, ¿por qué la solidaridad tiene que venir de los estudiantes y no de los que fugaron casi $ 100.000 millones del país durante los últimos años? Las grandes empresas presionan para planes de estudio y carreras afines a sus intereses, además de tener disponible miles de profesionales para contratar en los que no invirtieron un solo centavo en formar, ¿por qué a ellos no se les exige ser “solidarios” si son los que se llevan todas las ganancias?
La propuesta del Frente de Izquierda es totalmente opuesta y parte de desconocer la deuda, una enorme estafa que significa un enorme saqueo a los recursos del país. Junto con nacionalizar la banca para frenar la fuga de capitales, son parte de las medidas necesarias para que los recursos del país vayan a resolver los grandes problemas de la población.
De esta manera sería posible recomponer el presupuesto universitario, junto con financiar un plan de becas para todos los estudiantes que lo necesiten, que cubran la mitad de la canasta familiar.
Para lograr esto debemos empezar por construir fuertes corrientes universitarias que peleen por este programa, sumado a la pelea por recuperar los centros de estudiantes y federaciones para, en unidad con la clase obrera, pelear por esta salida en todo el país.