El viernes pasado el ministro de interior y transporte, Florencio Randazzo, estuvo junto al gobernador Fellner en la provincia. En esta ocasión firmaron un convenio para implementar la tarjeta SUBE en el plazo de 90 días en la capital y en dos ciudades del interior.
Randazzo indicó que “el Gobierno nacional está convencido de que el trasporte público es un derecho de tercera generación, lo que hace que se comprometa a que se brinde un servicio de calidad y a un precio por debajo del costo general que tiene la prestación”.
Sin embargo, el anuncio de la tarjeta SUBE se sostiene sobre el último aumento del boleto de pasajeros urbano en la capital a $5, uno de los más elevados del país, en una provincia con los salarios en promedio más bajos y con un 40% de trabajo en negro. Este aumento fue aprobado de manera escandalosa por un decreto de la intendencia del radical “Chuli” Jorge, y semanas después el ejecutivo provincial dio vía libre para el aumento de los pasajes de colectivos que recorren el interior de la provincia.
Por otra parte, algunos analistas vieron la visita de Randazzo como algo “forzada”, como un gesto de recomponer relaciones con el gobernador y presidente del PJ Nacional, debido a la reunión que la semana pasada mantuvo el ministro y pre candidato presidencial con el jefe del radicalismo jujeño Gerardo Morales.
El convite en los despachos del ministro fue aprovechado por el radical para hacerse eco de los anuncios de la estatización de los ferrocarriles recientemente impulsado desde el oficialismo y que recibió el apoyo de del PRO, FR y la UCR en el congreso. Una foto difundida por el propio radicalismo que publicó solicitadas en los diarios y en una conferencia de prensa se mostró a favor de volver a Ferrocarriles Argentinos.
Fellner no se quedó atrás, y compartió junto a Randazzo, el mismo día del anuncio de la SUBE, otro acto de campaña presentando la reactivación del ramal C 15 que va desde Perico hacia Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), pasando por la localidad salteña de Pocitos, con una renovación total de 80 kilómetros de vías y la reconstrucción de siete puentes, una obra que rondaría los 80 millones de dólares y sería financiada por el FONPLATA.
Ese día celebraron el despacho de cemento de Holcim-Minetti en un convoy ferroviario, y en noviembre anunciaron el transporte de maderas hacia Papelera NOA S.A. a través del Belgrano Cargas conectando la ciudad de Palpalá con Perico.
Por su parte, el Ingenio Ledesma (Jujuy) y San Martin de Tabacal (Salta) tiene acceso exclusivo al transporte ferroviario desde las privatizaciones en los 90´. Al igual que grandes multinacionales como Aceite General Deheza, Techint, Camargo Correa que se adjudicaron el control de ramales enteros: Nuevo Central Argentino, Ferroexpreso Pampeano, Ferrosur Roca, respectivamente.
Pero la llamada reactivación del ferrocarril no es más que fotos del funcionamiento de pequeños tramos y en especial, en el NOA, solo para el transporte de las mercancías de los grandes empresarios, tal como indicó el modelo de privatización menemista. Un esquema que la actual ley de estatización no modifica como explicamos acá y acá. Los diputados del FIT presentaron el único proyecto alternativo para recuperar efectivamente el servicio ferroviario.
En una época electoral la ilusión de la vuelta del ferrocarril cotiza en alza, y ocupa un lugar privilegiado en las campaña de kirchneristas, radicales y otros opositores por igual. Mientras los empresarios del transporte de colectivos recibieron 413 millones de pesos en 2014 y hace más de 22 años que el tren dejó de llegar a la Quiaca. |