El arresto del joven Nicolás Ríos el pasado 10 de enero a las 11 de la noche fue un hecho viralizado rápidamente en redes sociales por la brutalidad evidenciada en su arresto a las faldas del cerro Santa Lucía por un grupo de gorilas que lo golpearon, lo subieron a una camioneta, lo siguieron golpeando y lo amenazaron con violarlo.
Todo esto lo evidencia un video subido a la página @libertadparanicolas en el que aparecen actores y actrices como Nestor Cantillana, Claudia Cabezas, Luis Dubó, Iván Álvarez, Víctor Montero, Rodrigo Soto, Nathalie Nicloux y Verónica Ríos.
La cruda realidad que expresa este pequeño recuento que comienza como una noticia termina expresando la vivencia de "más de 2400 presos y presas políticas, en su mayoría jóvenes de 16 a 25 años, estudiantes secundarios y estudiantes universitarios", que están acusados de ser un peligro para la sociedad por protestar por un Chile más digno.
En Antofagasta, el inicio de clases estuvo marcado por la recepción de Carabineros en los colegios, provocando movilizaciones de los estudiantes contra la represión. Y ¿qué sucedió luego de la ley antisaqueo con nuestros queridos jóvenes que lo iniciaron todo?, la prensa habla de 35 detenidos, 3 en prisión preventiva y otros 17 con medidas cautelares como arresto domiciliario.
Y aún así, después de todas las violaciones y la violencia estatal contra nuestra juventud combativa, Boric sigue en mute al respecto, haciendo campaña para que todos entiendan esa sustancial diferencia entre convención mixta y constitucional, que aún así deja afuera a los jóvenes menores de 18 años, esos mismos que hoy están presos por salir a dar una pelea contra un gobierno que les ha robado todo a elles y sus familias.
Y el Frente Amplio hace campaña por una #NuevapolicíaparaChile y prepara materiales para la histórica campaña por la trampa que cocinaron entre 4 paredes y a espaldas del movimiento -aunque después vengan con lloriqueos, fueron ellos los que se subieron al columpio, diría Kramer-. Pero parece que la disculpa es solo eso, no hay ningún pronunciamiento para exigir la derogación de esa ley maldita que está atacando a nuestra juventud descansando en que otra institución represiva, pero nueva, como eso siempre funciona en Chile, nos salvará de sus "errores". |