Es en la llamada zona E1, ubicada en el área C controlada militar y administrativamente por el Estado de Israel, al este y sur de Jerusalén, en la Cisjordania ocupada.
Ya a principios de los 90s, el ex primer ministro Yitzhak Rabin ideo ese plan de anexión, respaldado obviamente por los sucesivos gobernantes sionistas. En 2012 avanzaron en la construcción de carreteras y señales de iluminación, pero sin edificar viviendas.
Tanto Estados Unidos, durante la presidencia de Obama (también anteriormente George Bush hijo) como las Naciones Unidas siempre se opusieron a que allí se construyera una colonia.
No porque lo líderes imperialistas estuvieran en contra de la colonización israelí, ya que se sabe que Estados Unidos es el principal respaldo de esa política, sino porque construir viviendas para los colonos en esa zona equivalía a dividir Cisjordania.
Eso es así porque establecer en el área E1 una nueva colonia (Netanyahu prometió la construcción de al menos 3.500 casas) desconectaría Ramallah de Belén. Además de que se trata del último territorio abierto que queda entre Jerusalén este y una de las colonias judías ubicada en Cisjordania, Maaleh Adumín, donde viven 40.000 colonos israelíes.
Lo que equivaldría a echar por tierra cualquier intento de firmar algún acuerdo de paz con la Autoridad Nacional Palestina y presentar eso como que los palestinos podrían tener su propio Estado.
Esto es un plus del coloniaje israelí anunciado por Donald Trump, junto al dirigente del Likud (partido de derecha israelí), a fines de enero. Allí la propuesta era sacarle un 30% de territorio a Cisjordania, anexar todas las colonias judías, quedarse con Jerusalén como “capital indivisible” y con el Valle del Jordán (uno de los territorios más fértiles de la región, fronterizo con Jordania).
La Unión Europea (UE) se vio obligada a sacar un comunicado, firmado por el Alto Representante del Servicio Europeo de Acción Exterior, Josep Borrell, que termina reafirmando la ilegalidad de las colonias: “Los asentamientos son ilegales según el derecho internacional. La UE no reconocerá ningún cambio en las fronteras anteriores a 1967, incluso con respecto a Jerusalén, que no sean las acordadas por las partes. Hacemos un llamado a Israel para que reconsidere estos planes”. Lo mismo hizo el Ministerio de Relaciones Exteriores de los Países Bajos, mediante un twitt.
"Los Países Bajos están preocupados por los recientes planes de asentamiento israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este. Instamos a Israel a abstenerse de tomar medidas unilaterales que violen el derecho internacional y pongan en peligro la paz sostenible basada en una solución de dos estados".
La ONU como la Unión Europea sostienen la solución de dos estados, con las fronteras establecidas en 1967.
Cuestión que deja atrás el robo de territorio palestino desde la constitución del Estado Israelí en 1948, con el consecuente lento genocidio, negando incluso el derecho al retorno de los millones de palestinos expulsados de sus tierras, quedando separadas incluso la Franja de Gaza de Cisjordania.
Pero ven con alerta (por las consecuencias que puede traer para la región) la provocación que significa tanto el ultimo “plan de paz” que idearon EEUU e Israel, así como este nuevo intento de seguir robando territorio.
Esta promesa del primer ministro del Estado sionista, está impulsada por el intento de lograr el voto de los ultra derechistas, defensores de los territorios ocupados. El 2 de marzo próximo los ciudadanos israelíes irán a elecciones por tercera vez en el último año para elegir quién dirigirá Israel.
Lo que habla a las claras de la crisis política que atraviesa Netanyahu que fue incapaz de formar gobierno luego de las dos primeras contiendas electorales.
A esto se le suma que también en marzo comenzará el juicio por corrupción que lo tiene como acusado. Su contrincante en estas elecciones, Benjamín Gantz (Azul y Blanco -por los colores de la bandera de Israel-, un partido de centro derecha), también buscando el voto abiertamente de derecha hizo declaraciones a favor de las anexiones.
Estas cuestiones fueron las causas que hicieron que Netanyahu realizara estas promesas, que parece tener todas las intenciones de llevar a la práctica y están siendo apoyadas por miembros del gobierno de Trump.
El día anterior al anuncio se reunió con quienes formaron un comité conjunto estadounidense -israelí, del cual es parte el embajador yanqui en Israel, David Friedman.
Ese comité recorrió una de las colonias judías, Ariel, ubicada en el centro de la Cisjordania ocupada. Allí el primer ministro declaró: “Para el proceso de mapeo, uno debe considerar cada valle, cada sección, cada rincón y cada línea. Esto es serio. Estamos determinando aquí líneas que tienen implicaciones históricas”. Una clara definición de su intención de continuar con este avance colonial.
Dejando en claro esta sociedad entre Estados Unidos e Israel, una periodista israelí publicó en sus redes una foto de lo que llamó “comité conjunto de mapeo de anexión de Estados Unidos e Israel”.
Una vieja sociedad (renovada) entre la principal potencia imperialista, aunque en decadencia, y su gendarme en la región de Medio Oriente, que se proponen un salto en la opresión del pueblo palestino. |