En las últimas semanas, algunos de nosotros hemos estado muy atentos a un tema fundamental para el siglo en el que vivimos y el país que habitamos, el anteproyecto presentado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones [1] el cual busca que Gobierno y Empresas tengan el control de la hermosa y hasta ahora «libre» Internet.
Hay dos temas principales que debemos conocer para poder comprender el impacto que tiene en nuestras vidas este anteproyecto: cómo se fundó Internet y cómo surgió el término de Neutralidad de Red.
Internet hace uso de la World Wide Web, invención del científico Tim Berners Lee, quien desde que presentó su proyecto al mundo por allá de los años noventas, ha insistido en que esta plataforma es abierta y gratuita permitiendo que cualquier persona pueda compartir información, acceder a oportunidades y colaborar sin limitaciones geográficas, es decir, él desarrolló la web como una forma de comunicación universal.
Actualmente, nosotrxs sin problema texteamos con alguien que está a 30 metros de distancia, igual que con alguien que vive a 3000 kilómetros, y no importa el sistema operativo o la aplicación de mensajería que uses, que tenga un teléfono celular o si estás usando una computadora, puedes comunicarte con el simple hecho de tener acceso a Wi-Fi o datos móviles.
Sin embargo, la transformación social que ha habido con la poderosa Internet nos ha permitido ver el lado oscuro de las empresas gigantes de las telecomunicaciones y las entidades de gobierno que regulan a éstas, es aquí donde hablamos del problema principal, los Proveedores de Acceso a Internet (PAI) podrían tener control de qué sí vemos y qué no, cuándo lo vemos y cómo lo vemos.
Los proveedores, al ser dueños de la infraestructura que usamos para conectar nuestro celular con Internet, desean controlar a qué aplicaciones sí tenemos acceso inmediatamente, a qué hora sí podemos hacer uso de la Internet sin latencia, y a qué información sí podemos acceder libremente, algo así como el padrecito de la Iglesia que te dice qué sí debes hacer y qué no, porque según él tiene el poder divino de Dios para que con sus palabras pueda guiarnos por el buen camino de la fe, es el mismo ego que tienen los imperialistas del capitalismo.
Hace algunos años, esta idea de restringir y limitar el acceso a Internet por parte del Gobierno y empresarios se dio en Estados Unidos, tras el debate de que algunas operadoras estaban bloqueando el tráfico de datos, en 2003, Tim Wu, profesor de Derecho, se percató de la inminente amenaza de control corporativo sobre Internet.
¿Qué sucedió?, pues resulta que los PAI se dieron cuenta que la gente usaba los servicios en línea como una alternativa para no pagar televisión por cable o llamadas internacionales, y entonces hubo denuncias constantes hacia estas empresas que buscaban bloquear o frustrar estos nuevos servicios, pocos años después algunos proveedores de Internet terminaron bloqueando totalmente estos nuevos servicios de comunicación.
Fue entonces que, en una revista especializada en Derecho, Wu esbozó la idea de una regulación para preservar el diseño de Internet en el cual existía igualdad de oportunidades… y de ahí surgió el término de la “neutralidad de red”. La neutralidad de red es el principio por el cual todo el tráfico de internet debería ser tratado de la misma forma, incluyendo todos los diferentes mensajes, archivos y datos enviados a través de Internet, por ejemplo, emails, archivos de audio, archivos de vídeo, etc.
La neutralidad de la red es el principio fundamental con el cual nació Internet y que ha ayudado a construir a esta red como un espacio diverso, plural y abierto, permitiendo que las nuevas aplicaciones, contenidos y servicios que van surgiendo, puedan competir en condiciones de igualdad, sin necesidad de negociar acuerdos comerciales con los PAI.
Sin neutralidad de la red, los proveedores deciden a quien sí darle acceso a toda la Internet, y a quien discriminar restringiéndole el acceso. Internet controlada, excluyente o cerrada, es la versión opuesta de cómo la conocemos hasta ahora, donde determinadas personas, gobiernos, o grandes corporaciones favorecen ciertos usos. Una Internet cerrada implica tener restricciones sobre los estándares web, ralentizar algunos servicios o aplicar filtros sobre contenidos. Algunos países bloquean páginas web, buscadores o apps, monitorizan y censuran el uso de Internet utilizando a la policía cibernética.
Es por esto que nos encontramos ante un momento histórico donde colectivos, libertarios y geeks nos oponemos a la censura, al control, a la opresión, pero sobre todo a que sean solo los capitalistas quienes tengan la libertad de hacer y deshacer en Internet satisfaciendo sus necesidades de enriquecerse empedernidamente, mientras que a los civiles nos quieren someter con restricciones de uso y acceso.
Queremos que Internet siga siendo abierta y libre como su fundador nos la regaló, un espacio en el que podamos compartir, reaprender, construir, organizar, conectar, explorar.
Y termino citando a Aaron Swartz, hacktivista y programador estadounidense, que en el Manifiesto por la Guerrilla del Acceso Abierto, hacía un llamado a la desobediencia civil porque para él, “no hay justicia alguna en obedecer leyes injustas” y nos decía que, “la información es poder, pero como con todo poder, hay quienes lo quieren mantener para sí mismos”.
Así que ahora nos corresponde seguir en esta lucha que activistas de todo el mundo comenzaron hace años, es nuestro momento de tomar acción, organizarnos e impedir que las grandes corporaciones avariciosas en complicidad con el IFT, controlen el tráfico de Internet, censuren la libertad de expresión y violen nuestro derecho a la privacidad.
[1] Anteproyecto de lineamientos para la gestión de tráfico y administración de la red a que deberán sujetarse los concesionarios. |