Los trabajadores de la planta de General Motors ubicada en la provincia de Santa Fe sufrirán una vez más un esquema de suspensiones rotativas que durará todo el año y que implica un fuerte recorte en sus salarios.
Bajo el argumento de mantener los puestos de trabajo, la conducción del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata) selló el pacto con la patronal que significa que los empleados sufrirán un recorte progresivo en sus haberes que llegará a ser del 40 % en el mes de octubre.
Según declaraciones de Marcelo Barros, secretario general del Smata seccional Rosario, los trabajadores suspendidos percibirán “el pago del 70% de los sueldos hasta junio; 65% por los siguientes tres meses (julio, agosto y septiembre) y 60% de los salarios en el último trimestre de este año”.
Vale aclarar que la empresa ya aplicó suspensiones, en acuerdo con la directiva del gremio, a sus trabajadores durante el año pasado que cobraron un 30 % de su salario al igual que esta vez.
Una vez más, con el argumento de preservar las fuentes de trabajo la conducción del sindicato permite que la patronal avance con un plan de ajuste salarial sin siquiera amagar con alguna medida de lucha. Esta actitud no hace más que garantizar la sed de ganancias de las empresas y no defender los derechos de los trabajadores. | 
