La seguridad pública como excusa para poder intimidar en el proceso de la marcha fue notable. Llegando a la concentración se veían focos policiales aparentemente para "cuidar" la normalidad del desarrollo de la marcha.
Durante la misma, en el momento en que se llega a la iglesia ubicada sobre la Avenida 18 de julio, lo que se veía era algo totalmente desorbitante: entre 30 a 40 oficiales de la Guardia Republicana, en su mayoría mujeres, hacían custodia de la fachada.
Para comenzar, la policía sería la fuerza represora más "indicada" para esta tarea, lo cual explica el fanatismo del actual Ministro del Interior Jorge Larrañaga por esta fuerza intermedia, ante la imposibilidad de sacar efectivos militares a la calle.
En segundo lugar, la cantidad de efectivos que se encontraban era totalmente desmedido y preocupante. Vergüenza les tendría que dar cuidar más la institución religiosa que a las propias mujeres víctimas de la violencia patriarcal.
Cuando terminó la marcha y las personas concurrentes comenzaron a desplazarse por las calles paralelas a 18 de Julio, algunas de ellas pudieron ver las tanquetas de la Guardia Republicana, y a los efectivos haciendo marchas a pie, sin una función clara.
¿Preservar la “paz” quizás? ¿Cuál “paz”? ¿La de mantenernos sumisos? ¿Quieren normalizar la presencia de esta fuerza represora en las calles y en las marchas? O podría ser ¿intimidar y provocar a los presentes?
Quieren dar miedo. Cuidémosnos entre todxs.
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