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La Izquierda Diario
11 de marzo de 2020 Twitter Faceboock

Morón
Código de vestimenta: impiden a una alumna inscribirse en el colegio Manuel Dorrego
Leticia López

Las clases ya empezaron, y a Camila aún no la dejan volver al colegio, negándole su acceso a la educación por estar en contra del reaccionario y machista código de vestimenta que tanto denunciamos les secundaries.

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En las fechas de inscripciones, como la mayoría de adolescentes y familias que acceden a la educación, le tocó a Camila pedir la reinscripción en el colegio secundario de Morón, Manuel Dorrego.

Camila y la madre no estaban de acuerdo con el código de vestimenta, que es parte de los “Acuerdos Institucionales de Convivencia”, dejándoselo en claro al vicedirector. No se les permitió firmar en disconformidad ni inscribirse.

Además, después de que la madre exigiera que no se iba a ir hasta que se le garantizara a su hija un lugar en el salón, las autoridades procedieron a llamar a la policía para sacarla del establecimiento.

En sede de inspectores de Morón, solamente le ofrecieron dejar sus quejas y desacuerdos en una nota, a lo que ella respondió que es lo menos importante, pues lo que necesita es que su hija comience las clases sin complicaciones. A todo esto, le dieron “la solución” de cambiar de colegio a la adolescente si no tenía acuerdos con este.

Ya empezaron las clases y a Camila todavía no le ofrecieron ninguna solución para volver al colegio.

Los códigos de convivencia en las escuelas secundarias: ¿quiénes deciden y con que intención?

Podemos comenzar hablando que los acuerdos que nos imponen a les adolescentes al comenzar las clases, son totalmente injustos y con la intención y fin de mantenernos bajo el ala de los directivos e instituciones.

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Les secundaries no necesitamos ni tenemos que permitir que nos vengan a imponer cómo ser, cómo pensar y cómo hacer las cosas. Para esto es necesario pensar como nos están tratando y que nos están vendiendo en los distintos colegios. Nos tiran el cuento de elegir que reglas poner en cada aula, con el secreto que nos utilizan a nosotres mismes para estar en contra de nuestro compañeres. Porque nos llaman delincuentes y violentos por una pelea, sin visibilizar que nuestros problemas no son realmente individuales como nos hacen creer.

¿Quién se hace cargo del pibe que está enojado porque su familia no llega a fin de mes? ¿Quién se hace cargo de la piba que quedó embarazada por no saber cuidarse, porque no tuvo educación sexual en el colegio? Prefieren juzgarnos cuando nos equivocamos, señalarnos con el dedo como si la juventud arruinara a la sociedad, y es todo lo contrario.

Esta juventud está cansada, estamos cansades de que nos repriman directa o indirectamente, principalmente en el colegio, donde te dicen que si no sos un experto o experta en matemáticas, historia (la que ellos te muestran, porque no quieren que veas lo que es realmente el mundo y como lo fue), no vas a ser nadie en la vida. Nos entrenan y amoldan para terminar siendo empleades del gobierno, porque comienzan precarizandonos en nuestra adolescencia con empleos como Mc Donals, Rappi, etc. para hacernos creer que tenemos que esforzarnos y trabajar para alguien más por un par de panes, por mijagas, para que luego de esto seas un adulto o adulta acostumbrade a ser explotade. Quieren que nos quedemos con lo que nos dan, hoy la máxima expresión de esto es que buscan entregar nuestro futuro al FMI.

Para romper con el sistema educativo que moldea a les jóvenes, es necesario remarcar y visibilizar todas aquellas cosas que nos obligan a normalizar, como que la ESI en el colegio sea apartar a las pibas para regalarles toallitas, como la competitividad que generan entre compañeres, porque nos enseñan que para ser el número uno tenemos que pasar por encima de nuestro amigue de banco, o como en el caso de Camila nos nieguen nuestro derecho por la forma en la que vestimos.

Entonces…

Nos dividen, porque vamos a ser la clase trabajadora en un futuro (o ya lo somos), y para ello, nos enseñan que hay que pelear con el que está en la misma situación que nosotres. Nos quieren callades y sumises, no quieren que gritemos a viva voz todas las injusticias que les estudiantes secundaries vivimos diariamente en los colegios. Nos hacen creer que el salón de clases es un ring en el que solo uno va a llegar a ganar, pero no, todos vamos a perder si no nos organizamos por hacer valer verdaderamente nuestros derechos. Y para eso, tenemos que organizarnos en espacios donde verdaderamente seamos les que decidimos.

Desde la juventud del PTS y No Pasaran, nos ponemos a disposición de reflejar estas injusticias en este medio. Queremos enfrentar estos atropellos. No vamos a permitir que nos nieguen nuestros derechos por estar en contra de un reaccionario y machista código de vestimenta que dice que las pibas no pueden ir en musculosa o pollera. Venimos de un 8M y un 9M donde copamos las calles nuevamente para pedir educación sexual, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir, y separación de la iglesia y el Estado ¡No les vamos a permitir que decidan sobre nuestros cuerpos!

 
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