Devastadora semana han tenido los principales mercados en el mundo, cuyos derrumbes abruptos han arrastrado consigo a las economías emergentes de Latinoamérica y el Sudeste Asiático.
Alrededor de un 20% han descendido en promedio las bolsas de Europa en los últimos 5 días. Milán perdió un 23,3%; Madrid, un 20,85%; Frankfurt, un 20,1%; París, un 19,86%; y Londres, un 16,97%. Mientras que los índices bursátiles de Estados Unidos, tales como el Dow Jones, el S&P 500 y el NASDAQ-100 han caído en similares porcentajes; inclusive solo el jueves Wall Street se desplomó en un 10%, jornada que no tenía precedentes desde 1987. Del mismo modo,en Chile el IPSA (Índice de Precio Selectivo de Acciones) ya acumula una baja de un 11% en sus acciones.
Entre los factores que colaboraron al pánico capitalista internacional se destaca el abrupto aumento de contagios y muertes a causa de COVID-19, llegando a todos los continentes, salvo a la Antártida; sumándole a esto el fin del convenio petrolero entre Rusia y Arabia Saudita, que mantienen disparada la oferta del oro negro, cuyo precio se ha reducido cerca de un 50% desde el principio del año.
A pesar de las grotescas inyecciones de dinero de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, esgrimiendo 1.500.000.000.000 de dólares y 120.000.000.000 de euros, respectivamente, como respuesta a este caótico hundimiento, y no obstante al leve repunte del sistema financiero durante el viernes, la situación está lejos de controlarse ante el suspenso generado por el posible cierre de establecimientos de uso público como ha sucedido en Italia y China.
Cabe destacar que fue pronosticada una gran crisis económica mundial para este año por Nouriel Roubini, el mismo economista que anticipó la Gran Recesión iniciada en 2008, y por la JP Morgan, la institución financiera más grande de EE.UU.
Ante la situación, el G7, grupo que reúne a potencias geopolíticas, anunció que realizará una cumbre extraordinaria con el objeto de coordinarse para mantener estable el tenso panorama internacional, el cual es incapaz de encontrar una cura más que el alzamiento organizado de los pueblos frente a la miseria entregada por un puñado de holgazanes que ofician de banqueros, parlamentarios, presidentes y empresarios. |