En el comunicado anuncian el cierre de todas las oficinas que tiene como objetivo cuidar a sus gerentes y que las y los repartidores ni siquiera puedan hacer reclamos por sus condiciones laborales. La única medida tomada para las y los trabajadores es inhabilitar la firma de los clientes de la app de Glovo.
A pesar de que las y los laburantes de la App pueden estar hasta diez horas trabajando en la calle, en contacto con miles de personas y manipulando dinero, sólo anunciaron dos medidas que parecen una broma de mal gusto.
Con esto demuestran lo que para ellos significa la salud de sus trabajadores y familias. Mientras el primer caso confirmado de COVID-19 se dio a conocer en los primeros días de marzo, la empresa no ha dado a sus trabajadores insumos básicos como alcohol en gel, guantes, ni barbijos, artículos básicos para la prevención del virus.
La salida es la que tomaron las y los obreros italianos y españoles, que se rebelaron contra la patronal, exigiendo medidas de higiene y seguridad, básicas; y porque como estos trabajadores dicen, “nuestras vidas valen más que sus beneficios” y “solo el pueblo salva al pueblo.”
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