Las conducciones sindicales están ausentes al momento de proteger a los trabajadores. Además no se están garantizado servicios en las obras sociales. Denuncias que llegan desde los lugares de trabajo.
Desde que empezaron a conocerse los casos de Coronavirus, los dirigentes sindicales brillan por su ausencia al momento de proteger a sus afiliados ante las consecuencias del avance de la pandemia.
En primer lugar, en muchas de las obras sociales se encuentran suspendidas las prestaciones de asistencia primaria. En lugar de garantizar una mejor atención, lo que se pide a los afiliados es que no concurran a los centros de salud. Esto se confirma entrando a muchos de los sitios de internet de los sindicatos y o las obras sociales.
El sindicato de Pasteleros es un un ejemplo, pero no es el único caso. Desde diferentes gremios, muchos trabajadores hicieron llegar sus denuncias a La Izquierda Diario por esta situación. En organizaciones como UOM, SMATA, Sutiaga, Petroleros, Comercio, Sanidad, Sutecba, UPCN, Aeronáuticos y una larga lista, no se han puesto las obras sociales al servicio de sus afiliados.
Esto no impide que, mes a mes, el recibo de sueldo muestre el porcentaje descontado para la obra social. Eso sí que no se suspende.
Estas conducciones burocráticas son las que mantienen un silencio cómplice en relación a la falta de medidas tomadas por las patronales. Esto mientras existe un descontento y una grave preocupación por la pandemia en la gran mayoría del pueblo trabajador.
Por ejemplo no se exige a las patronales que licencien a las trabajadoras y trabajadores. O que no se descuente el presentismo si no concurren a trabajar porque no tienen con quien dejar a sus hijos. O sí deciden quedarse en sus casas y que así no circule el virus.
Por el contrario, las conducciones sindicales vienen dando vía libre para que los empresarios decidan sobre la vida de los trabajadores, sin importarle si viajan hacinados en el transporte público, si trabajan en condiciones de insalubridad y sin darles garantías para evitar contagiarse el virus.
Estos problemas afectan a millones de personas. En particular a aquellas que no pueden acceder a la posibilidad de "circular menos" porque están obligadas a seguir trabajando.
En el caso de los trabajadores de comercio, muchos empleados de shoppings y comercios en galerías, salieron a repudiar que los hagan trabajar y no cuiden su salud. En lugares como Alto Palermo, Unicenter o el Abasto, las trabajadoras y trabajadores se manifestaron con aplausos y silvatinas, exigiendo que cierren las puertas y les permitan quedarse en sus casas para protegerse del contagio.
Se pueden ver otros ejemplos de esta actitud. Por ejemplo, el de Sutecba, el sindicato de los Municipales de la Ciudad de Buenos Aires.
De igual manera los trabajadores Aeronáuticos vienen denunciando la falta de medidas para protegerlos ante la vulnerabilidad que implica trabajar sin elementos de seguridad, tener contacto con extranjeros que arriban al país de otros países con altos indices de casos de la pandemia.
Es de suma urgencia que las conducciones sindicales garanticen no solo las prestaciones de las obras sociales, sino también una defensa de los intereses de los trabajadores frente a las patronales. No pueden ser los trabajadores los que paguen la desidia capitalista, con sus vidas o su salud.