El gobierno español suspendió las clases el 13 de marzo y dispuso la cuarentena, con el objetivo de disminuir la circulación del coronavirus. En medio de esta crisis sanitarias, el gobierno del PSOE-Podemos anunció un rescate millonario a los bancos y las empresas y algunas medidas relacionadas con el sistema de salud.
Las trabajadoras de la salud, reconocidas como imprescindibles en hospitales y centros de salud enfrentan situaciones críticas. Las enfermeras y el personal sanitario del Hospital Infanta Elena de Huelva exigen medidas concretas para poder enfrentar el colapso sanitario.
Te puede interesar: Crisis sanitarias: más riesgos para las mujeres
Pero esas no son las únicas situaciones críticas. Las medidas de prevención no alcanzan a todas las trabajadoras y trabajadores. El área de cuidados demostró ser uno de los más precarios y sus trabajadoras, mayoritariamente mujeres, se encuentran desprotegidas frente al Coronavirus.
Es el caso de muchas trabajadoras de la Educación de Barcelona que, junto a las docentes, garantizan el cuidado de niñas y niños en la jornada escolar. La suspensión de clases provocó despidos y suspensiones. Representan cerca del 50% de las escuelas públicas junto con las cocineras y el personal de limpieza. Son las que cuidan a niños y niñas en el tiempo libre y los comedores, a mayoría tiene contratos precarios.
Te puede interesar: Coronavirus, capitalismo y patriarcado: ¿y ahora quién cuida a los niños?
Otro ejemplo son las empleadas domésticas. Sin protección ni derechos sindicales, estas trabajadoras siguen trabajando aún cuando representa un riesgo para su salud porque si no se presentan a trabajar, no cobran. "Soy mujer trabajadora, empleada del hogar y sigo acudiendo a mi puesto de trabajo a pesar del riesgo de enfermar, y contagiar a mi familia, porque mis condiciones laborales como las del resto de mis compañeras son muy precarias".
Te puede interesar: Cuidadoras a domicilio y coronavirus: “Una vez más, somos las grandes olvidadas”.
Pero el área de cuidados no es una excepción. Muchos sectores dependen de contratos flexibilizados, sin jornadas ni horarios fijos. Las malas condiciones y la ausencia de derechos se traducen en inestabilidad laboral en los momentos de crisis. "Esta mañana me llamo mi gerente y me ’sugirió’ que pillara vacaciones esta semana, porque no quiere empezar a despedir gente", cuenta Raquel, camarera de una cadena de restaurantes llamada Vips.
Las empresas recurren a los despidos, suspensiones y la no renovación de los contratos para minimizar sus pérdidas. En algunos lugares de trabajo, las trabajadoras y los trabajadores se rebelaron frente al desinterés de la empresa y la insistencia en mantener la producción.
La sobrerrepresentación de las mujeres en el empleo precario y de bajos salarios amplía las desigualdades en una sociedad desigual por definición. La actual crisis sanitaria dejó al desnudo esas desigualdades que las democracias capitalistas buscan ocultar. |