Este lunes 16 en la fábrica Komatsu Reman, lugar donde trabajo, tres de mis compañeros fueron sacados de la producción por “riesgo de haber contraído el virus”, enviados a realizarse el examen en el servicio que ellos “eligieran”, y con un costo que recae sobre sus bolsillos. Esto se debió a que compartieron con una persona infectada. Actualmente ellos se encuentran fuera de riesgo, pero el actuar de la empresa nos permitió detectar las insuficientes medidas y protocolos que se aplicaron dentro de la fábrica, dejando correr la incertidumbre de manera irresponsable.
Frente a esto, una de nuestras propuestas como sindicato fue que se aplique el examen a todos los trabajadores y trabajadoras, así se podría detectar a tiempo y evitar que se propague el virus. La respuesta de la gerencia fue que cada trabajador tendrá que ir al sistema de salud público o privado y hacerse cargo del exámen. El test para identificar el COVID-19 es totalmente realizable dentro de la empresa, ya que cuenta con los medios para hacerlo, solo el primer año de apertura esta mega fábrica tuvo utilidades de 54 millones de dólares ¿Acaso no hay plata aplicar este test? ¡Nuestras vidas valen más que sus ganancias!
Varios colegas planteamos la necesidad de que la empresa cubriera con los costos del examen. No basta con un día de permiso para ir y costear por nuestra cuenta el examen, estamos en una crisis global que sólo ha develado la ineficiente y precaria salud que tenemos los trabajadores aquí en Chile. Es necesario que se garantice el examen en todo el país y con ello la construcción de hospitales, además de proveer toda lo necesario para contener la pandemia. Gracias al desmantelamiento de nuestra salud, que han hecho todos los gobiernos desde la derecha pasando por la ex Nueva Mayoría, hoy el sector público se encuentra a duras penas dando abasto y en clínicas ¡la gente ha llegado a gastar hasta $200.000!
El enfoque del gobierno es claro. La actual ministra del trabajo, María José Saldívar, declaró que “tenemos que garantizar que la ciudad funcione, necesitamos que los trabajadores puedan seguir desarrollando su trabajo; mayor flexibilidad horaria”. Esto es una señal clara, tanto el gobierno como las empresa sólo quieren asegurar la continuidad productiva y no nuestra salud, Komatsu está totalmente alineada con esa política.
El único fin de la empresa es seguir funcionando para generar ganancias, dejando al azar la salud de las y los trabajadores y, por consiguiente, la salud de sus familias. Ya quedó claro cuando una de las medidas de la gerencia fue imponer turnos nocturnos, utilizando argumentos de claro amedrentamiento: “si no cumplimos con la meta la empresa se verá en la obligación de reducir personal” fueron las palabras de la supervisión.
Tanto desde empresas como desde el Estado, se necesita la provisión masiva de insumos para nuestros hogares, el Estado tiene que centralizar todos los recursos existentes en vez de arrendar hoteles y centros de eventos a privados. Demasiado tiempo han dejado correr con el brote del COVID-19, y hoy están ocupando esto para desviar nuestras demandas y suspender el proceso constituyente de Abril, prueba de ello es que Piñera ha decretado estado de catástrofe para sacar a los militares a la calle, en vez de anunciar medidas urgentes en materia de salud, como garantizar camas y hospitales para los enfermos críticos que irán en aumento; la centralización del sistema de salud usando las clínicas privadas de forma gratuita en beneficio del pueblo; nacionalizando las grandes clínicas y farmacias para disponer de forma inmediata de toda la red de salud; paro de actividades de todos los servicios no esenciales, sin despidos y con goce de sueldo al 100% así como licencias pagas a quienes tengan el cuidado de sus hijos; aumento inmediato de las jubilaciones, entre otras medidas. Hay que imponer impuestos progresivos a las 10 familias, y poner esos recursos para un plan de emergencia inmediato.
Ante esto nos queda organizarnos, tomar ejemplos de cómo otros trabajadores están respondiendo antes esta catástrofe. Tal es el caso de los trabajadores de la fábrica de explosivos ORICA en Antofagasta, impulsaron una Comisión de Higiene y Seguridad del sindicato, que pueda funcionar con delegados/as de todas las áreas de trabajo, para articularse con profesionales de la salud, para investigar y proponer medidas para enfrentar esta situación, exigiendo a la empresa garantizar insumos básicos como alcohol gel, guantes, toallas de cloro, mascarillas, todo lo necesario para prevenir contagios dentro de la fábrica, un ejemplo que podemos tomar para organizarnos dentro de Komatsu.
No queremos trabajar con temor, queremos los insumos básicos para realizar nuestro trabajo, asegurando las condiciones de salud prioritarias, no aceptaremos ningún abuso patronal en medio de esta catástrofe, por eso debemos exigir la prohibición de despidos y que nuestras y nuestros compañeros en condiciones de alto riesgo o padres y madres no asistan a trabajar para evitar correr riesgos o estar expuestos a contagio.
Hago el llamado a mis compañeros de fábrica y a todos los trabajadores de la industria, a organizarnos para cuidar de nuestra salud y para defender nuestros puestos de trabajo. No puede existir ningún despido en medio de una pandemia que ha dejado miles de muertos a nivel mundial, eso se debe garantizar por ley. No podemos permitir que nuestras vidas sirvan para que los empresarios sigan llenando sus bolsillos. |