Desde el día de ayer las imágenes del Garrahan contrastan con las de la cotidianeidad: Hall, salas de espera y pasillos sin circulación de pacientes y familias.
Pero ¿cuál es la foto que no se ve?
Los trabajadores de salud que pertenecen a los grupos de riesgo siguen peleando en medicina laboral por las licencias que les corresponden según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización panamericana de la salud (OPS) y los decretos del Ejecutivo sobre la emergencia sanitaria. A algunos les piden la justificación de sus médicos, a otros les dicen que por ser un servicio esencial no se puede.
Las madres y padres que trabajan en el hospital también reclaman su derecho. Lo hacen bajo declaración jurada donde se comprometen a presentarse en caso de que se los requiera. Se les otorga la licencia a algunos si, a otros no. El turno franquero y el turno noche, no tienen los mismos derechos.
Los turnos se reprograman y suspenden. El personal administrativo trabaja contra reloj y recargado, sin refuerzos. Los servicios ambulatorios no prestan servicio. La excepción de ayer fue hepatología con agenda de pacientes completa. ¿Cuál es el criterio? Ninguno. Las trabajadoras del servicio reclaman a las jefaturas y demoran las respuestas.
Hasta aquí, solo lo que pasa con el personal de planta. Cuyas ausencias se pretende resolver autorizando a los que se quedan a hacer horas extras sin límite. Muchos ya tienen dos trabajos para llegar a fin de mes, por lo que se especula con la necesidad económica a costa de la mayor exposición. Ahora ese agotamiento será peor con la sobrecarga si no se toman medidas reales para cubrir la demanda.
Y los trabajadores tercerizados de las empresas de limpieza, alimentación y seguridad. ¿No son trabajadores de salud, ni grupos de riesgo, ni padres, ni madres?
Exigimos los mismos derechos para nuestras compañeras y compañeros que sostienen los hospitales junto al resto del equipo de salud.
La mayoría de las trabajadoras de salud, son mujeres, jefas de hogar, sostén de familia. Con los niños sin clases y los abuelos, que muchas veces son quienes los cuidan, dentro del grupo de riesgo, la situación de doble explotación cotidiana se agrava. Las madres necesitan licencia para cuidar a sus niños sean de planta, terciarizadas, de turno noche o de turno franquero.
Una verdadera medida de emergencia es el aumento de presupuesto para salud en base al no pago de la deuda externa |