Son millónes quienes dían a día empiezan su día tomandose un subte, viajando en un tren hacinado, perdiendo el colectivo o pagando de sus bolsillos el Uber que la empresa, bajo amenaza de despido, los obliga a pagar.
Cuando se anunciaron los cierres de escuelas, la pregunta fue: Con quién voy a dejar a mi hijo si tengo que venir a trabajar? La respuesta de supervisores y gerentes fue: "fijate con quién lo dejás". La recomendación del gobierno sobre quedarse en los hogares, da vía libre a que las empresas no garanticen los puestos de trabajo y no se pueda hacer otra cosa que salir a trabajar, pedirle a familiares que cuiden a los hijos, o dejarlos solos.
Como conté en esta nota, entre llamado y llamado seguimos sin descanso. Durante la jornada vemos una noticia donde el presidente informa que las personas con hijos tendrán licencias pagas en sus trabajos y que recomienda a las empresas que puedan realizar homeoffice.
Ahora la pregunta es otra: ¿con licencia tengo que trabajar igual? La respuesta de los patrones: "Sí, vas a trabajar desde tu casa". ¿Se imaginan una madre atendiendo llamados de emergencias, riesgos de vida, gente con síntomas de coronavirus, mientras tiene que cuidar a sus hijes?.
Las empresas que les envían computadoras a las madres y padres, están actuando en la absoluta ilegalidad, ya que por decreto nacional la licencia aplica por 14 días. Las mujeres representamos 47,8% de la clase trabajadora. Y la mayoría de nosotras realizamos una doble jornada laboral, que continúa en el hogar con las tareas de cuidado no remuneradas a las que estamos atadas por prejuicios machistas.
Según el libro "Rebelde o Precarizada" de Nicolás del Caño, se estima que una mujer dedica 6,4 de horas diarias al cuidado del hogar. Si en promedio se trabaja 8 hs, una mujer dedica 14,6 hs a tareas de producción y reproducción.Este sistema capitalista se nutre de su mejor aliado: el patriarcado. Naturaliza que seamos las mujeres las que tengamos que desvivirnos para cuidar a nuestros hijos, siendo muchas veces madres solteras.
El capitalismo es un sistema irracional, basado en el lucro privado. Sino como se explica que la primer medida de los gobiernos de todo el mundo sea recluirnos en las casas ante el virus, o dejar morir a viejitos de 80 años como en Italia y que no sea garantizar medidas preventivas básicas como barbijos, alcohol en gel, o unificar los recursos de la medicina privada con la pública para garantizar la salud de todos.
Es mucho más fácil y más barato para ellos, mandarnos a nuestras casas a seguir trabajando y cuidar a los chicos, que invertir en la salud pública. Como decía Nicolas del Caño, "el pago de la deuda por día, es el doble que el presupuesto de emergencia para la salud". Esas son sus prioridades, la nuestra siempre serán nuestras vidas. Si a expansión del virus ya está agravando la crisis económica, tenemos que prepararnos para eso.
Los jefes y sindicatos piden “solidaridad” pero nadie piensa realmente en cómo estamos nosotros (anímicamente o físicamente). Es totalmente necesario que las centrales sindicales dejen de mirar para otro lado, y exijan la nacionalización del sistema de salud público y privado, medidas preventivas, control de higiene manejado por sus trabajadores en cada lugar de trabajo, e incluir la defensa de los tercerizados y personas en negro, que abarcan el 40% del país, ya que para esas familias no hay licencia, sino más bien despido o suspensión, es indispensable que se prohíban estos últimos para garantizar los puestos de trabajo.
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