NOS ROBARON EL OTOÑO
Hoy la tarde era naranja,
Unas pocas nubes violáceas para el lado del río.
Para el lado por donde siempre veo los aviones
Los que llegan, los que se van.
Ahora sólo hay nubes, violáceas.
Nos robaron el otoño,
el marzo amarronado del té caliente,
de las hojas caídas en las veredas.
Nadie habla del sol tibio de las cinco de la tarde,
Sólo de números, de los muertos como fichas de dominó.
Las manos arrugadas de tanto lavarlas.
Que no pare la línea, más rápido, más rápido.
No se puede parar de producir,
No pueden dejar de ganar siempre, desafían a la muerte.
Tengo miedo de decir que tengo miedo,
No quiero darle identidad,
Quiero quemar el Corona este y que muera antes que nadie,
Que desaparezca
antes que otra tarde como la de hoy,
se nos pierda entre alcoholes y jabones.
La vida no es esto, no sucede de esta manera.
Hay otros Coronas que conspiran y deciden por nosotros,
en las fábricas, en los parlamentos de un mundo explotado.
Nos robaron el otoño dorado, el marrón de marzo
No les vamos a dar tregua. |