Un buque de la empresa Buquebus con 400 pasajeros a bordo que venía desde Colonia, Uruguay, fueron evacuados y aislados luego de que en el puerto de Buenos Aires un pasajero le informara al comandante que el test de coronavirus le habría dado positivo. La situación generó pánico entre los presentes quienes fueron trasladados al hotel Panamericano, ubicado en el microcentro porteño y para cumplir el aislamiento y la cuarentena según lo establecido por el protocolo sanitario.
La Izquierda Diario tuvo acceso a una pasajera que se encuentra aislada a quien preferimos reservar su identidad y nos relataba que “el jueves a la noche desembarcamos en Puerto Madero y la gente de salubridad nos informa que detectaron un caso de coronavirus en un pasajero que había viajado con nosotros”.
Al mismo tiempo denuncia que “en Colonia no hubo ni un control al momento de subirse al barco. Así como tampoco lo hubo en el momento en que nos informan esta noticia ni hasta ahora; no nos realizaron ningún tipo de análisis médico a los 400 pasajeros". Menciona que "aquí hay niños y personas mayores, pacientes con alto riesgo de contagiarse y hace horas que nos tienen sin comida ni agua, ni mucho menos los elementos de higiene básicos”.
Por otro lado, añade: “La situación es crítica, hay gente que iba a sus casas y vive en el interior, mi compañero de cuarto es mendocino y no tiene como volverse, hay gente de Rosario, Córdoba, sin saber cómo va a llegar a sus casa y en qué medida o tiempo.”
Esto se da en un contexto donde Argentina se encuentra en una etapa crítica en la que necesita aumentar su capacidad de testeo para tener un número certero de casos positivos y prevenir futuros contagios. Con los elementos disponibles al día de la fecha y el estado de vaciamiento en que se encuentra la salud pública, las posibilidades de contener la pandemia se reducen considerablemente si no se destinan recursos urgentemente para incorporar la tecnología más avanzada y acelerar los procesos de capacitación y aprovisionamiento de los laboratorios, que ya deberían haberse realizado.
Es decir, mientras hoy el gobierno utiliza medidas arcaicas de aislamiento -recomendables pero insuficientes por sí mismas para prevenir el contagio. El anuncio del gobierno de Fernández, con el consentimiento de los gobiernos provinciales (y al igual que aquellos de países imperialistas como EEUU, Francia, Italia, Estado Español), recurre a un método de control de una pandemia remitiéndonos a la Edad Media. Lejos de la era de la nanotecnología, la inteligencia artificial, la clonación y los más avanzados desarrollos tecnológicos y científicos, como un simple test masivo. Tal como señalaba el revolucionario ruso, León Trotsky, la clase capitalista convierte al planeta en una sucia cárcel.
Por otro lado, la izquierda propone ante esta situación, la unificación en un gran sistema que agrupe la salud pública, la salud privada y los laboratorios. Hace falta un plan centralizado, que bajo control de los trabajadores, garantice atención a toda la población. Ese plan implicaría, además, reconvertir empresas para ponerlas a producir aparatos de asistencia respiratoria, alcohol en gel, desinfectantes y barbijos que hoy claramente escasean.
Por ultimo, las consecuencias de destinar los recursos al pago de la deuda externa o al servicio de los empresarios que lucran con la salud, en lugar de disponer todas la riquezas del país para frenar la pandemia con métodos de la ciencia, confinan al conjunto de la población a permanecer aislada sin un plan, que, por otra parte, impactará agravando una economía en recesión.
Por eso exigimos que todo ese dinero que se destina a la deuda fraudulenta e ilegítima con el FMI vaya a salud y educación de calidad. Mas hospitales y dispositivos de testeo masivos. |