El día jueves, minutos antes de que hablara el presidente Alberto Fernández y se decretara por DNU (decreto de necesidad y urgencia) el aislamiento social obligatorio, nos avisaron por el “tanque” (centro del barrio) de una rotura en la bomba que suministra el agua potable en varios monoblocks del complejo habitacional, vecino del Hospital Posadas. Esta situación pudo repararse en su totalidad para el mediodía del sábado, habiendo tenido con intermitencia el agua el día viernes.
Pregunta: ¿cómo encarar la higiene básica recomendada por los expertos en salud sin tener acceso al agua potable? Es la realidad de millones de familias hoy en día.
Sumado a esto, el día sábado por la tarde, los cables de alimentación del monoblock 2 se sobrecargaron y prendieron fuego, teniendo como consecuencia la evacuación de los vecinos del monoblock 1 y 2; y el corte por precaución de la electricidad de ambos monoblocks por parte de Edenor, que se hizo presente. La vida de familias enteras fue puesta en riesgo, las condiciones de precariedad en las que vivimos los habitantes de la mayor parte de los barrios populares del gran Buenos Aires quedó nuevamente en evidencia y pone sobre la mesa la discusión de las demandas estructurales a erradicar si queremos que la pandemia no se expanda.
También está el impedimento de cumplir la cuarentena por tener que trabajar para comer; viviendo el día a día, los que hacemos changas, los que trabajamos por nuestra cuenta o los que trabajamos en apps, en la construcción, en informalidad, así como también los que juntan y venden o los que piden, todos sin tener el mango para bancar el aislamiento y muchos sin tener un lugar donde vivir. Ayer el gobierno anunció 10 mil pesos recién en abril para “trabajadores informales”. Hasta entonces: ¿Cómo hago? Además de pensar que eso no alcanza ni para pagar el alquiler.
La falta de servicios básicos para la higiene personal hace insuficiente el aislamiento social obligatorio y hasta imposible de cumplir, por las condiciones de hacinamiento y precariedad en las que vivimos, la insalubridad y la falta del control de plagas. Por eso es necesario que el gobierno de cifras concretas en avanzar en esta carrera contrarreloj contra el coronavirus. Esto tiene que ser en el marco de una serie de medidas urgentes para detener el avance de la pandemia. Poniendo a disposición de las mayorías el kit básico, alcohol en gel y barbijos. Necesitamos test masivos ya, aislando de manera racional los focos de contagio y dando respuesta de una vez por todas las demandas de servicios básicos e infraestructura en los barrios populares.
Es intolerable que se gasten presupuestos millonarios para que hoy, un 24 de Marzo, las fuerzas represivas estén en la calle para “cuidarnos”. Necesitamos poner al servicio de las necesidades de las mayorías los recursos disponibles. Las grandes farmacéuticas bajo el control de sus trabajadores pueden garantizar lo básico y esencial, dejando de ganar fortunas con el sufrimiento de la gente. Tenemos el ejemplo del Astillero Río Santiago, donde sus trabajadores fabricarán alcohol en gel en sus laboratorios, junto a la universidad de La Plata. Hay que reconvertir la industria para que produzca lo necesario, camas, barbijos, alcohol en gel y respiradores artificiales. Los trabajadores informales estamos a disposición para trabajar en lo que sea necesario.
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