Este miércoles en una conferencia de prensa en donde se actualizó la situación del estado de Puebla sobre la pandemia del coronavirus el gobernador Barbosa, en acto de irresponsabilidad y profunda ignorancia sobre la gravedad de la situación, mencionó que la mayoría de los casos infectados son de gente acomodada y que los pobres son inmunes.
De inmediato tanto personal médico perteneciente a distintas unidades de salud de la República así como cientos de personas indignadas con estas declaraciones, manifestaron su repudio y rechazo a las mismas que además es expresión de la irresponsabilidad de las autoridades en el estado de Puebla. Su desatino arde en redes sociales como Twitter, donde se volvió tendencia.
La realidad es que los sectores empobrecidos de la entidad, así como de conjunto de la república, siguen siendo los más vulnerables, no sólo por la posibilidad de infectarse debido a la necesidad de seguir laborando, sino también por la escasa atención médica a la cual tienen acceso.
Y es que pese a todavía estar en la fase 2 de emergencia sanitaria, la curva de casos infectados continúa de manera ascendente, lo cual ya ocasionado a los primeros estragos que se manifiestan en un aspecto más económico pero que posteriormente puede ocasionar un profundo y grave escenario de salud para la población mexicana.
Puebla no tiene unas condiciones distintas a las cuales se manifiestan en otros puntos de la república: hay pocas medidas sanitarias y económicas para atender a la mayoría de la población trabajadora y sus familias, así como escasos recursos en los hospitales para enfrentar una crisis de mayor envergadura que se avecina en función de la mayoría de indicadores.
Este tipo de declaraciones así como el conjunto del desempeño de las autoridades tanto estatales como federales son completamente insuficientes para enfrentar esta crisis y que preponderan más los acuerdos y los coqueteos con empresas como sucedió con la reciente declaración del gobernador de Yucatán invitando a la cervecera Constellation Brands que recientemente fue echada de Mexicali a invertir en el estado que dirige.
Es necesario poner preponderancia a la salud de las familias obreras y de los sectores empobrecidos por encima de la ignorancia y los titubeos de los gobiernos estatales y el federal.
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