Desde que el Gobierno decretó el Estado de Alarma, más de medio millón de trabajadores se han visto afectados por ERTEs y despidos. En apenas una semana se ha superado a los que se produjeron en todo 2009, uno de los peores años para el desempleo durante la anterior crisis.
Uno de los ejemplos que más polémica ha generado estos días ha sido el ERTE implementado por ALSEA-ZENA, una de las mayores empresas de hostelería del país, que agrupa a conocidas cadenas de restauración como Vips, Burger King, Domino’s, Starbucks, etc.
Desde Izquierda Diario entrevistamos a uno de los trabajadores de esta empresa, integrante de la plataforma “Alsea en lucha”, que se ha organizado como respuesta ante las “medidas de choque” de Alsea en relación a la crisis desatada por el coronavirus.
¿Cuáles han sido las medidas que ha tomado ALSEA en estas semanas de crisis socio-sanitaria?
La empresa era consciente de los efectos que estaba teniendo la propagación del virus desde hace semanas. En este sentido rápidamente tomaron medidas, pero desde luego ninguna de ellas pensando en la seguridad de sus trabajadores y clientes, sino con el objetivo de seguir manteniendo a toda costa sus abultados beneficios.
De esta manera, aun a pesar de que ya era de dominio público que existía el problema del coronavirus, la empresa no implementó ningún plan de prevención y en los hechos puso en serio peligro la salud de decenas de miles de personas que trabajan y consumen en sus establecimientos. Varios trabajadores denunciamos que la actitud de la empresa suponía un problema de salud pública.
Las “medidas de choque” que si tomó Alsea fueron contra sus trabajadores. Así por ejemplo despidieron a decenas de compañeros sin justificación alguna y dieron la orden de no renovar ningún contrato temporal. Teniendo en cuenta que en esta empresa la temporalidad es endémica, y muchos trabajadores durante muchos meses encadenan este tipo de contratos, esto supuso un verdadero plan de despidos para deshacerse de forma cómoda de una parte importante de la plantilla.
Por otra parte, a medida que las ventas iban bajando, la empresa emprendió una campaña de acoso contra muchos de sus trabajadores con el objetivo de obligarles a utilizar sus vacaciones bajo la amenaza velada del despido. Mostrando el despotismo que tienen los dueños y directivos de Alsea y pisoteando uno de los derechos laborales más básicos, el derecho a descansar y a elegir libremente tu periodo vacacional.
Las “medidas de choque” que si tomó Alsea fueron contra sus trabajadores. Así por ejemplo despidieron a decenas de compañeros sin justificación alguna y dieron la orden de no renovar ningún contrato temporal.
Por último, la más polémica de todas, cuando el gobierno finalmente decreto el Estado de alarma y abrió la mano para facilitar la gestión de medidas como los ERTEs, Alsea decidió implementarlo con la totalidad de su plantilla dejando a 22 mil trabajadores en la calle.
¿Cuál ha sido la reacción por parte de la plantilla ante las medidas de la empresa?
Pues dada la gravedad de las medidas que tomó Alsea, y la agudización de la situación general en estos días, muchos compañeros se han visto fuertemente impactados por la crisis. Y no es para menos. A nivel laboral la empresa ha vulnerado todo tipo de derechos que parecían consolidados. Por otra parte, es inevitable empezar a ser conscientes que se vienen tiempos difíciles y que ante la inevitable crisis económica que vendrá esto podría suponer una ofensiva patronal sin precedentes.
Sin embargo, también muchos compañeros y compañeras, movidos precisamente por la gravedad de las circunstancias, decidieron dar un paso al frente y no agachar la cabeza ante la empresa. De esta manera varios trabajadores nos organizamos en la plataforma “Alsea en lucha”, con el objetivo de ser un polo que aglutine a nuestros compañeros en contra del ERTE y de las condiciones de precariedad que tenemos que padecer.
¿Cuál es el papel que han jugado las organizaciones sindicales mayoritarias en Alsea con respecto al ERTE?
En Alsea la inmensa mayoría de la representación sindical la tienen tres sindicatos: CCOO, UGT y FETICO. En los últimos años hemos visto como la empresa ha precarizado nuestras condiciones laborales hasta límites escandalosos. Y esto solo podía suceder con la complacencia de estos tres sindicatos que han firmado un convenio de miseria tras otro.
Ante esta nueva situación que desató el coronavirus la actitud de estas organizaciones sindicales no ha sido diferente. Y aunque eran conocedores de los planes que tenía la empresa muchos días antes de se hiciese público, estos ocultaron la información a los trabajadores, y finalmente terminaron dando el apoyo a esta medida. Dado que, sin el acuerdo sindical, la empresa tendría muchas dificultades para que la administración diera el visto bueno.
CCOO, UGT Y FETICO son responsables directos de que lleve a cabo este ERTE. Y en este caso también de intentar paralizar de forma consciente cualquier tipo de respuesta por parte de los trabajadores. Sin embargo, se han encontrado con que muchos hemos salido a intentar organizar a nuestros compañeros y a prepararnos para defender nuestros derechos.
A nivel estatal la situación es la misma. La cascada de ERTEs que se han aplicado no se pueden entender sin el acuerdo entre las burocracias de CCOO y UGT, que pactaron con la patronal y gobierno. Esto implica que la crisis que se está gestando recaerá sobre los hombros de la clase obrera, mientras el Estado pone ingentes recursos para blindar los intereses de los grandes capitalistas.
A muchos trabajadores los ERTEs les han parecido la única “solución” ante la crisis socio-sanitaria. ¿Por qué desde “Alsea en lucha” os posicionáis en contra del ERTE?
Es cierto. Hay muchos trabajadores y trabajadoras en empresas de todo el Estado que ante la propia emergencia sanitaria, el temor ante la propagación del virus, la ineptitud del Gobierno para atajar esta crisis -como se muestra en el escándalo de los test rápidos defectuosos-, y especialmente la falta de organización y respuesta de los sindicatos, han visto que los ERTEs, incluso con la reducción salarial del 30%, como la única “solución” antes que ser despedidos o tener que ir a trabajar a empresas que no son esenciales o en condiciones de inseguridad sanitaria. Pero esta situación ha sido impuesta y me atrevería a decir que la mayoría no opina de este modo.
CCOO, UGT Y FETICO son responsables directos de que lleve a cabo este ERTE. Y en este caso también de intentar paralizar de forma consciente cualquier tipo de respuesta por parte de los trabajadores.
En el caso de nuestra plataforma, estamos en contra de los ERTEs en general y obviamente del que nos han impuesto a nosotros por varias razones. En primer lugar, porque supone para el trabajador un fuerte impacto en sus condiciones de vida ya que pasaríamos a cobrar el 70 por ciento de nuestro salario durante el periodo en el que sea efectivo dicho ERTE. En el caso de una empresa como ALSEA, esto es todavía más escandaloso. Esta compañía es la mayor empresa del sector, con muchas de las marcas de hostelería más reconocidas y rentables del país. Solo en 2018 obtuvieron de beneficio neto más de 100 millones de euros. Por tanto, es absolutamente insólito que empresas cuyos dueños y directivos son multimillonarios no asuman ningún tipo de responsabilidad ante una crisis de esta magnitud. Y, al contrario, tengamos que ser los trabajadores los únicos sobre los que se descarga el peso de la cuarentena.
Por otra parte, para la inmensa mayoría de trabajadores de Alsea gran parte de su retribución depende las llamadas “horas complementarias”, que están por fuera del cálculo que hace la administración para abonar lo que les corresponde a los trabajadores durante el periodo en el que es efectivo el ERTE. Por tanto, ese 70 por ciento que van a recibir los trabajadores de Alsea no refleja su salario real.
De esta manera nuestra principal oposición a los ERTEs en general y al nuestro en particular es porque supone para muchos de nuestros compañeros tener dificultades para llegar a fin de mes y verse empujados a situaciones en las que vean peligrar sus condiciones de vida más básicas.
Por otro lado, los ERTEs suponen una salida en falso de esta situación crítica, ya que descargan el peso de la parálisis económica producto de la cuarentena sobre los trabajadores como hemos dicho y sobre el propio Estado. Esto significa que se están poniendo recursos de todos para que las grandes empresas y millonarios no pierdan un céntimo de su riqueza. En el caso por ejemplo de Amancio Ortega y otros muchos capitalistas se tratan verdaderamente de fortunas obscenas fruto de la explotación despiadada a sus trabajadores en diversos rincones del mundo a los que la administración pública garantiza a toda costa sus privilegios.
Esto genera las condiciones para la futura quiebra y bancarrota de los Estados y por tanto seguramente a una nueva vuelta a la lógica austericida y de recortes que precisamente es la que nos ha llevado a que la sanidad en estos momentos esté a punto de colapsar.
En esta situación de confinamiento en que se encuentra la mayoría de la plantilla, ¿cómo consideras que habría que encarar la lucha contra la ofensiva patronal de empresas como Alsea?
Bueno en realidad hemos tenido muy poco margen para organizarnos en contra del ERTE, dado que la empresa lo ha tramitado de forma exprés y desde los sindicatos mayoritarios no ha habido ningún tipo de apoyo. Pero sin embargo a pesar de la cuarentena y confinamiento, hemos podido desarrollar una campaña de denuncia en contra del ERTE y las medidas implementadas por la empresa. Esto empieza ya a tener repercusión en las redes y en varios medios. Queremos continuar haciendo denuncias sobre distintos aspectos que tienen que ver con nuestras condiciones de precariedad. Además, nos encontramos en estos momentos difundiendo una carta abierta con el objetivo de conseguir adhesiones publicas de organizaciones sindicales y sociales.
A pesar de las dificultades, con esto pretendemos comenzar a aglutinar a compañeros y compañeras de nuestra empresa en todo el Estado y organizarnos para luchar contra una previsible ofensiva patronal y gubernamental que intente degradar aun más nuestros derechos y condiciones. Sabemos que cuando la cuarentena acabe tendremos que pelear para que Alsea no intente implementar más "medidas de choque" como despidos o rebajas salariales, como siempre ha hecho esta empresa cada vez que percibe nubarrones en la economía. Pero también tendremos que exigir que no se vuelva a poner en peligro la salud de nuestros compañeros, para ello somos conscientes que no podemos dejar en manos de la empresa la organización de medias efectivas en este sentido. Es debido a esto que para preservar nuestra propia salud los trabajadores tenemos el reto de imponer a la empresa que seamos nosotros mismo quienes tomemos en nuestras manos la organización de planes salud e higiene.
En ese sentido consideramos que tenemos que empalmar con las distintas expresiones de rebelión obrera que ya están surgiendo debido al despotismo patronal con el que se está gestionando esta crisis.
Cuando resulta evidente que las empresas lo único que buscan es defender sus beneficios, ¿para ti qué es lo que puede aportar la clase trabajadora a la hora de afrontar esta crisis socio-sanitaria?
Me parece en primer lugar que es precisamente en este tipo de situaciones cuando se refleja en toda su magnitud el papel que juega la clase trabajadora en la sociedad. De esta manera podemos ver como ante la inoperancia gubernamental o la irresponsabilidad y despotismo patronal son las trabajadoras de la sanidad, de los supermercados, el transporte o quienes producen alimentos, sobre los que se sostiene todo el peso de la crisis.
En nuestro sector, la hostelería, también podríamos contribuir a dar una salida a muchos de los problemas que se están generando. En este sentido los compañeros de Telepizza han mostrado públicamente como perfectamente esta empresa podría ofrecer un amplio servicio de comida sana para los sectores vulnerables. Pero para eso, al contrario de lo que propone la presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso, no se puede dejar este servicio en manos de los directivos y dueños de una compañía no solo conocida por la ínfima calidad de sus productos sino también por haber mostrado un absoluto desprecio por la salud de sus trabajadores.
Sabemos que cuando la cuarentena acabe tendremos que pelear para que Alsea no intente implementar más "medidas de choque" como despidos o rebajas salariales, como siempre ha hecho esta empresa cada vez que percibe nubarrones en la economía.
En mi opinión, la salida sólo puede estar en manos de los propios trabajadores y trabajadoras, exigiendo que todas las grandes cadenas de la hostelería y catering sean intervenidas sin indemnización y puestas bajo el control democrático de comités de trabajadoras. Que hagan efectivas las medidas reales de prevención sanitaria y que con ayuda de dietistas profesionales independientes y las familias elaboren menús realmente saludables y se puedan distribuir de manera segura entre todas las personas que lo necesiten. Haciendo nuestras las palabras de los compañeros de Telepizza en una declaración que publicaron recientemente, los trabajadores somos los únicos interesados en “servir comida sana a los más vulnerables, y no que algunos hagan negocio”.
La solidaridad mostrada en muchas ocasiones de forma absolutamente espontanea de sectores de la clase trabajadora, o mas planificada como los trabajadores de Air Bus en Francia, que exigen la reapertura de la empresa para ponerla a fabricar material sanitario, muestra de conjunto la capacidad y potencial creativo que tiene la clase obrera y los sectores populares para afrontar de manera mucho más eficaz esta situación que unos Estados arrodillados a los intereses de los grandes capitalistas.
Pero para eso tenemos que asumir que es necesario articular una lucha frontal que permita disputar el control de los grandes recursos logísticos, productivos y de distribución al puñado de millonarios que se preparan, junto a los gobiernos, para descargar una emergencia sanitaria sin precedentes sobre nuestro pueblo con el objetivo de seguir manteniendo sus beneficios.
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