Continúan las controversias en las polémicas obras de las represas sobre el Río Santa Cruz. Los trabajadores transportistas denuncian que desde la empresa Represas Patagonia se los obliga a continuar con los trabajos y la UTE afirma que la decisión es continuar los trabajos debido a su carácter de obra pública.
Choferes de micros, que trabajan tercerizados brindando servicios a la UTE Represas Patagonia, denunciaron que la empresa incumple con el aislamiento decretado por la Nación. Ante lo que consideran un abandono y una situación de riesgo para los trabajadores, nueve choferes decidieron abandonar la obra “La Barrancosa” para realizar el aislamiento en sus hogares. En el trayecto fueron demorados por la policía en el puesto policial Guer Aike de Santa Cruz.
Pablo Cardozo, delegado de UTA en las represas, demorado junto a ocho compañeros en el paraje santacruceño Guer Aike cuando volvían de la zona de obras en la noche del 21 de marzo, declaró a los medios: “Salimos porque no nos sentimos seguros adentro, se sigue trabajando. Yo como delegado no iba a permitir eso y me traje a los compañeros para que hagan su cuarentena como tiene que ser, en su domicilio”. Y agrega: “Los coches están sucios porque no nos permiten lavarlos adentro, no nos proveen barbijos, guantes, desinfectantes ni cualquier otro elemento de protección”.
Además, Cardozo afirmó que “en Barrancosa no se cumple ninguna cuarentena porque entran y salen camiones todo el día y, aun cuando la UTE tiene lavaderos, a nosotros no nos permiten desinfectar las unidades ni nos proveen elementos de limpieza y estamos llevando gente de un lado para otro, sin las mínimas garantías de protección sanitaria”.
La decisión de abandonar el predio la tomó en conjunto el gremio UTA “para protección de sus afiliados y en consonancia con la decisión de realizar el aislamiento decretado por el Presidente”, afirman los choferes. Los trabajadores también se quejaron del accionar de la policía provincial, a la que reclaman que trabaja cuidando los intereses de una empresa privada antes que el cuidado de los ciudadanos. Hace unos meses existió un conflicto con la empresa privada de seguridad y la propia provincia asumió las tareas de seguridad para la empresa.
Sobre las actividades en las obras y el riesgo sanitario, Cardozo expresó que “son más de 400 personas en contacto, entra y sale gente todo el tiempo”, sugiriendo incluso que, a pesar de la prevención, hay dos casos sospechosos en Cóndor Cliff que fueron trasladados al Calafate.
El Secretario General del sindicato UTA, Rubén Aguilera, habló con La Izquierda Diario y comentó que la empresa primero envió una circular avisando de la evacuación en ambas obras (La Barrancosa y Cóndor Cliff), con fecha 19 de marzo, pero que luego se desdijeron y avisaron a los trabajadores que “la cuarentena se hace adentro y trabajando”. Coincidió con lo expresado por su compañero sobre la continuidad de los trabajos en las obras y el movimiento constante de gente y vehículos desde y hacia las localidades de Comandante Luis Piedra Buena y El Calafate.
Con preocupación, Aguilera expresó que “eso es Alcatraz custodiado por la policía provincial. Una obra privada con custodia desde hace meses con nuestros recursos”.
Este medio se comunicó con Mariano Musso, Director de Relaciones Institucionales de Represas Patagonia para conocer las medidas adoptadas por la empresa ante la situación extraordinaria que el país enfrenta ante la pandemia de coronarivus. Musso explicó que el decreto (AISLAMIENTO SOCIAL PREVENTIVO Y OBLIGATORIO Decreto 297/2020 DECNU-2020-297-APN-PTE) establece en su artículo 6 inciso 10 que queda exceptuado de cumplir con este decreto el “Personal afectado a obra pública”, y dado que las represas entrarían en esa condición deben continuar con la actividad.
Por otro lado, afirmó que se lleva delante un protocolo que “restringe al mínimo indispensable los ingresos en las obras, permitiendo solo el ingreso de materiales necesarios para la actividad e insumos para el funcionamiento de tareas y villa. No se permiten los regresos de aquellas personas que están de franco y hasta que dure la medida quienes están en obra se quedan”.
Los transportistas que ingresan deben cumplir un riguroso control, que incluye toma de temperatura por parte de personal de nuestra área de salud ocupacional y deben completar una declaración jurada que consignen que no estuvieron en países afectados o en contacto estrecho con personas que hayan estado en países afectados en el tiempo que define el decreto. Si superan ese control, sus vehículos son desinfectados (interior y exterior). Al ingresar a la obra no pueden tomar contacto con los empleados de la obra y las operaciones de descarga la hacen con equipamiento de protección (antiparras, barbijos y guantes), si no lo tienen la UTE se los provee. Si necesitan ir al baño o comer lo hacen en lugares separados (fuera de la obra). No permanecen en obra una vez que realizaron la descarga deben salir de obra”.
También explicó que cuentan en cada obra con equipos médicos con profesionales capacitados para atender las patologías diversas de la obra y para aplicar el protocolo correspondiente.
Consultado ante el cambio de planes entre la comunicación de evacuación y la decisión de permanecer con los trabajos, Musso explicó a La Izquierda Diario que la comunicación se envió antes de que se hiciera público el decreto presidencial y que estaba sujeta a “la orden final del Comité Ejecutivo de la UTE”. “Una vez que se publicó el decreto en el Boletín Oficial se informaba de la excepción de los trabajadores de la obra pública de cumplir con el aislamiento, por lo tanto, el plan no se debía poner en marcha”.
La larga marcha de controversias que rodean a estas obras no cesa. Si, como dijo el propio presidente Alberto Fernández, vale más la vida de las personas que los negocios, ¿son estas obras una necesidad urgente como para exponer a mil trabajadores a la posibilidad de un contagio? Habiendo tanto movimiento de gente y con la cuarentena declarada, el comienzo del otoño y el frío, sumado al aislamiento geográfico, hacen de esta una situación aún más complicada. Ni siquiera toman una medida tan elemental como el testeo a los trabajadores que ingresan a las obras. Estos ya empezaron a preocuparse y a actuar al respecto, esperando que la empresa comprenda lo delicado de la situación y privilegie sus vidas antes que sus ganancias. |