Durante los últimos días se hizo conocido el proyecto solidario de muchos voluntarios de la ciudad para hacer frente a la pandemia del Coronavirus y la falta de insumos. Entrevistamos a un joven estudiante que participa activamente del proyecto.
En todo el país se empiezan a dar ejemplos de enorme solidaridad de los trabajadores, docentes, estudiantes y voluntarios para enfrentar la pandemia. Desde la producción de alcohol en gel de las fábricas recuperadas, las textiles cosiendo barbijos, los docentes repartiendo comida, hasta los grupos de voluntarios como en nuestra ciudad, que se organizan para producir mascarillas de protección. A continuación reproducimos la entrevista realizada por la Izquierda Diario a Renzo, joven estudiante que actualmente cursa 5° año en la EEST N°6 de San Nicolás y forma parte de este proyecto.
¿Cómo surgió la iniciativa?
La iniciativa surgió acá en casa haciendo una prueba de un Venturi (repuesto de respirador utilizado en los hospitales) y enseguida se contactó conmigo el doctor Mendoza de Villa Constitución, me lo pidió para probarlo y me mandó para hacer un prototipo de las viseras para proteger a los médicos. Hice una y le mandé todo junto y me aprobaron las viseras, el Venturi no porque no han logrado probarlo hasta el momento.
¿Quiénes forman parte del proyecto y cómo se están organizando?
Después de esto se generó una repercusión sin querer por whatsapp y se sumó mucha gente a este proyecto y ya en la UTN estaba Walter Pechín y Martin Fernández, ingenieros y profesores de la misma colaborando con la fabricación de las viseras donde me agregaron a su grupo de trabajo. También me llamó Guillermo Silpituca que estaba reclutando gente con impresoras 3D para cubrir la gran necesidad de producción de estas viseras para entregar a la municipalidad y a las entidades sanitarias que lo estaban necesitando.
Hoy somos muchos los que estamos dejando todo desinteresadamente, poniendo las maquinas a trabajar 24/7 para cubrir las necesidades de todos. Es importante que reconozcamos que hay muchas personas que están imprimiendo todo lo que pueden y colaborando conmigo y entre sí para solucionar errores de las máquinas ya que al estar tanto tiempo trabajando se rompen muchas piezas y surgen muchos errores, en especial cuando son modelos que no están preparados para tanto trabajo. La impresión de una visera tarda alrededor de dos horas, juntando dos en una misma se pueden ahorrar diez minutos, a todo esto que serían 3:40 hs. de impresión para dos viseras y hay que sumar que pueden salir fallidas, además de que no termina ahí, sino que también hay gente que colabora con el cortado del acetato para cubrir la cara del usuario lo cual suma algo más de tiempo por lo que una visera puede tardar hasta 3 hs. en ser producida por las razones anteriores.
¿Qué alcance tiene la producción hasta ahora? ¿Podría ampliarse?
Diariamente una impresora puede producir de cuatro a seis viseras de las cuales algunas pueden salir fallidas, para ampliar la producción ya que hay mucha gente que está colaborando con los materiales y les estamos muy agradecidos, se necesitarían más impresoras que puedan fabricar máscaras porque en cuatro horas en vez de hacer dos con una impresora, se duplicaría esa producción.
¿Qué repercusión tuvieron en los trabajadores de la salud?
Los trabajadores de la salud están súper agradecidos, pasan fotos y mensajes.
