En el día de ayer el presidente Alberto Fernández oficializó lo que ya se venía anticipando en medios, redes sociales e incluso el Ministerio de Salud: la extensión de la cuarentena obligatoria hasta el 12 de abril inclusive. Los últimos reportes muestran que hasta hoy en Argentina hay un total de 820 infectados y 23 fallecidos producto del Covid-19.
Trabajar en bares, monitoreo; ser costureras, empleadas domésticas, todos mal llamados "trabajo en negro", es formar parte de ese 40 % de trabajadoras y trabajadores no registrados. Según refleja el INDEC, en el personal doméstico son 1.214.000 personas, en comercio 701.000, en el sector agropecuario 577.000, en la construcción 518.000 y en la industria 516.000. Aquí con o sin pandemia, no sabe de aguinaldos, de ART, vacaciones u otros derechos laborales.
En Pilar más de 37 mil personas trabajamos en la absoluta informalidad y una sector importante somos mujeres con familia. Una parte de nosotras continúa con su labor expuesta al contagio; otra, se quedó sin el sustento. Para todas la realidad que antes era que el día no se acababa en los trabajos, porque al llegar a nuestros hogares después de cumplir con jornadas exhaustas y continuar con las tareas domésticas, los cuidados de la familia, charlar y jugar con hijos e hijas y ayudarlos con sus tareas, en tiempos de pandemia ese estrés es mayor y también los cambios emocionales que frecuentemente callamos porque socialmente “debemos” de aguantarlos.
Estar en cuarentena en casa sin preocupaciones es un privilegio que las mayoría de las mujeres no tenemos en Pilar. Brutalmente las desigualdades de clase se hacen más visibles con nosotras porque somos las mujeres trabajadoras las que le ponemos el cuerpo a esta crisis sanitaria y económica. Mientras, en 70 countries y barrios privados viven los gerentes y dueños que en las fábricas explotan a nuestros compañeros.
Somos también las que usamos junto con nuestras familias el hospital público. En el caso de nuestro municipio, trabajadores y trabajadoras del hospital Sanguinetti han expuesto en un comunicado las faltas de insumos.
Muchas somos madres sostenes de familia, en esta situación hay mujeres que temen morir de hambre no por culpa del virus, sino por personas de carne y hueso que nos niegan el trabajo, las licencias pagas o las condiciones de salubridad, las patronas y patrones, y el Estado que nos quiere dar un bono miserable.
Para las que deben trabajar, cada día se complica cumplir con las jornadas. La mayoría de las empresas no cumplen con las medidas de higiene.
Sabemos que podemos juntas cambiar esta situación por eso mismo llamamos a todas las mujeres a organizarse junto con las estudiantes y los trabajadores para hacerle frente a la pandemia. En Pilar lo venimos haciendo. Te proponemos sumarte al comité de los trabajadores del Parque industrial de Pilar y al comité de la mujer. Hay que apoyar el y seguir ejemplo que muestran las obreras y los obreros de MadyGraf en Garín, quienes reconvirtieron la producción para aportar barbijos, alcohol en gel y otros insumos para los hospitales. Hay que aportar a esta solidaridad que es lo que nos proponen.
Necesitamos invertir las propiedades porque las vidas de nuestras familias valen más que sus ganancias. | 
