El presidente Alberto Fernandez al anunciar la extensión de la cuarentena obligatoria en todo el país hasta el 13 de abril, quiso transmitir tranquilidad y hasta llegó a decir que sería “muy duro” con los empresarios que despidan. Sin embargo, eso no se traduce en medidas concretas.
Las palabras no alcanzan y lo saben las y los trabajadores que hoy sufren suspensiones y despidos, que se quedan sin nada, que no pueden conseguir otra entrada económica en medio de la cuarentena y que nadie les da respuestas.
Así lo viven las trabajadoras auxiliares de las escuelas, encargadas de la limpieza, y las camareras del P.A.I.Cor (Programa de Alimentación Integral Córdoba). De un día para otro nadie les da respuestas, ni el gobierno que contrata a las empresas tercerizadas, ni éstas que suspenden y despiden hasta nuevo aviso; como nos dijo una trabajadora de limpieza, “nuestra empresa es una porquería, no solo somos un número sino que no les interesa nuestra vida”.
Muchas son las denuncias, pero nadie escucha, nadie se hace cargo. En esta nota expresaremos las voces de una trabajadora de limpieza y una camarera de P.A.I.Cor, ambas trabajan en una escuela. Por ser trabajadoras precarizadas, sin ninguna seguridad laboral, preservaremos sus nombres. Pero como ellas nos dijeron, “esto nos pasa a todos los que trabajamos en las escuelas con estas empresas tercerizadas, tenemos miedo, pero también bronca”.
A partir de la cuarentena ¿están trabajando? ¿en qué condiciones?
Camarera: nos llegó la información de que no trabajamos hasta el 25 de abril, que sólo se reparten módulos. Todavía no nos pagaron marzo y quedaríamos suspendidas sin goce de sueldo hasta nuevo aviso. Es lo mismo que hacen en vacaciones de julio y de verano, nosotras no cobramos. Pero en esta situación, ni siquiera podemos conseguir una changa.
«Todavía no nos pagaron marzo y quedaríamos suspendidas sin goce de sueldo hasta nuevo aviso.» Camarera de Paicor
Auxiliar de limpieza: a nosotras, recién el viernes nuestro supervisor nos llevó un par de guantes y un barbijo para cada una, siendo que es material descartable, y jabón líquido. Tampoco tenemos el permiso para poder movilizarnos de nuestro hogar al lugar de trabajo, nos dijeron que usemos el recibo de sueldo, pero es viejo porque a la fecha que estamos todavía no podemos retirar el último y desde el día uno nos para la policía.
¿Las empresas qué les dicen?
Auxiliar de limpieza: no podemos ir a la empresa (Servicios Drill y Esver) porque no están atendiendo y si llamamos por teléfono no contestan. Estamos a la deriva y no somos 3 de una escuela, somos todo el personal de limpieza que trabaja en escuelas. Esta empresa trabaja para el Ministerio de Educación, cobramos un sueldo menor que otras empresas, $18.500 por 40hs semanales, en otras pagan $23.000. Y ahora que cierran los colegios, nos quieren mandar a otro lado, a hospitales y dispensarios en las periferias de la ciudad, pero lo peor de todo es que la ART no nos cubre por coronavirus, estamos a la deriva, sin protección.
«Estamos a la deriva, sin protección.» Trabajadora de limpieza
Camarera: desde Di María, que es la empresa para la que trabajo, nadie dice nada, pero nuestro supervisor fue muy claro, nos dijo: "si no cumplís horas no hay sueldo". De hecho, el jueves cuando salí del cole a las 2 de la tarde, me fui a armar cajas para poder hacer 6 horas. Armamos módulos en un galpón de Ga.Sa que es de gastronómicos, había más de una cuadra de cola para entrar al galpón con mercadería y en el descanso solamente una botella con jabón para lavarte las manos, todos amontonados, re poca higiene. Y esto me preocupa, porque si no trabajo no cobro pero tampoco puedo ir a armar cajas a un galpón con 200 personas ahí adentro y sin ninguna seguridad.
¿Cómo ven su situación a futuro?
Auxiliar de limpieza: Estamos a la deriva y esta empresa hace lo que quiere y uno sigue porque realmente necesita la plata. Mi marido trabaja en negro y está trabajando al 30%, y alquilamos y te la tenes que bancar, seguir poniendo el hombro a todo esto.
Camarera: Siento mucha impotencia, bronca porque no es algo que uno elije quedarse sin trabajo o suspendida así de un día para otro. Vivo con mis padres jubilados y mis hijos, sólo trabajamos dos en casa. No sé con qué me voy a encontrar el mes que viene, como te dije si no trabajo no cobro, no sé cómo explicar lo que siento.
Esta realidad es la de muchos que no valen nada para las empresas y los gobiernos. Se necesitan medidas urgentes, no sólo palabras. Decretar la prohibición de los despidos y que se imponga a las empresas la reincorporación de quienes ya han sido despedidos en estas semanas, sería un primer paso para enfrentar de verdad la desidia de las empresas en esta pandemia.