Es mucho lo que falta en materia de alimentación, salud, educación, vivienda, infraestructura. Nada de esto es nuevo. Son denuncias que trabajadoras y trabajadores de la educación vienen expresando siempre: el desfinanciamiento y desguace de servicios públicos primordiales. Hoy todo queda aún más al descubierto en medio de la pandemia por el CoVid-19.
Las trasferencias de recursos del sector público hacia el sector privado, la mercantilización de la salud y la educación, la irracionalidad de la planificación de la economía capitalista posiciona a la sociedad como vulnerable ante un virus, que se quiere presentar como el “enemigo invisible”.
Pero no es así. Los adelantos en la ciencia y la técnica podrían hacer que esta situación sea enfrentada desde todos los flancos posibles, si todos los recursos fuesen puestos al servicio de las grandes mayorías y en pos del beneficio económico de unos pocos, los de siempre.
En medio de la cuarentena por la pandemia del CoVid-19, docentes de Lugano quieren hacerse escuchar. Por las y los pibes y sus familias, por todos los sectores que se llevan la peor parte de esta crisis económica y sanitaria.
Hoy las escuelas públicas se encuentran cerradas, el trabajo continúa desde las casas. Y las y los docentes siguen pensando en las y los pibes y sus familias.
¿Tendrán para comer?
¿Cómo serán las condiciones sanitarias de sus viviendas, barrio y hospitales?
¿Cómo harán esas familias para ganarse el sustento cada día?
¿Tiene medios para seguir aprendiendo en las plataformas digitales que tan ampulosamente ostenta el gobierno de la CABA?
Todas estas preguntas no quedan en el plano retórico. La crisis económica sumada a la sanitaria impacta en la vida de estudiantes y trabajadores. Es por eso la exigencia hacia el Estado, para que garantice todo los necesario para paliar esta situación. En primer lugar, la alimentación, fundamental para garantizar una nutrición adecuada que fortalezca su sistema inmune.
Por esto, las diputadas porteñas del PTS-FITU Alejandrina Barry y Myriam Bregman presentaron un amparo colectivo por comedores para exigir que el Estado garantice alimentos de calidad y suficientes para todos los estudiantes de la CABA.
Todo tiende a acrecentar, y más en el marco de una crisis sanitaria que pone en evidencia que las denuncias no fueron ni son en vano. Y mucho menos direccionadas a un gobierno en particular, sino al sistema todo, en donde las vidas de estudiantes y trabajadores no valen nada. | 
