El gobierno está preparando una tragedia para el pueblo trabajador. No entregan datos certeros, pero según las pocas cifras que se manejan, hablan de poco más de 1840 respiradores mecánicos para enfrentar el coronavirus. Según los propios cálculos de las autoridades, alrededor de un 70% están ocupados por otras enfermedades.
Más allá de los datos poco claros, esos números muestran que avanzamos a un colapso del sistema sanitario, para enfrentar una pandemia que no para de crecer en el mundo entero.
Los Hospitales no dan abasto al día de hoy, y se sobrecargarán con nuevos pacientes por el COVID-19. Los profesionales de la salud denuncian que hacen falta insumos, infraestructura y personal.
Pero el gobierno responde con datos poco claros, manteniendo la precariedad de la salud pública, apuntando a que la crisis la pague el pueblo trabajador.
A esto se le suma en el terreno laboral, que el el Congreso despachó ayer el proyecto de “protección al empleo” propuesto por el gobierno. En pocas palabras esta nueva ley lo que permite es que en un estado “excepcional” como la pandemia del coronavirus, se puede “suspender” el contrato laboral entre trabajador y empresario, y este último se libera del pago del salario del segundo.
¿Cómo financia entonces el trabajador su sueldo? Utilizando el fondo de desempleo. Es decir, con dinero que a él le pertenece. Y eso hace que a su vez el sueldo se reduzca a un 70% los primeros tres meses, que luego se reducirá paulatinamente a un 55%, 45% y así irá decreciendo mes a mes.
No contentos con esto, ahora además el “empleador” en caso de suspensión del salario, tendrá que pagar tan sólo el 50% de las cotizaciones mensuales de sus trabajadores. Salen ganando de todas formas y de cualquier manera. Que sean los trabajadores quienes paguen los efectos económicos del coronavirus. Es responsable el gobierno y la derecha, pero también la ex Nueva Mayoría y sectores del Frente Amplio, particularmente de Revolución Democrática, que con sus votos aprobaron el proyecto.
Esta es una medida realmente escandalosa, que empuja a precarizar más las vidas de las y los trabajadores y sus familias, en un país con 11 millones y medio de personas endeudadas, lo que será un duro golpe a los hogares obreros.
Al mismo tiempo, empresarios y el gobierno empujan a que los trabajadores sigan yendo a producir incluso productos no esenciales para enfrentar la crisis, arriesgan su salud y la de sus familias al contagio por aglomeraciones en el transporte público y faltas de medidas de higiene en los lugares de trabajo.
Todo esto, mientras el sistema de salud se cae a pedazos.
¡Quieren seguir llenándole los bolsillos a los empresarios mientras los trabajadores arriesgan su salud o son obligados a financiar con su propio fondo de cesantía su salario!
Así es como actúa este sistema capitalista irracional y sus políticos empresariales: en esta crisis su única respuesta es la degradación de las condiciones de vida de millones y que el pueblo trabajador arriesgue su salud y su vida frente a la pandemia.
Mientras tanto, y mientras no se promulgue, con la Dirección del Trabajo a la cabeza, intentaban imponer que las empresas se vieran exentas de la responsabilidad de pagar salario a los trabajadores si estos no podían acceder al lugar de trabajo producto de los toques de queda o las cuarentenas.
¡Es decir, bajo amenaza de despido (porque pueden hacerlo con el artículo 161 del Código del Trabajo por “necesidades de la empresa”), te obligan a mantener “suspendida” la relación laboral, pero sin pagarte un peso!
¡Y esto, producto de las medidas que tomó el propio gobierno!
La Dirección del Trabajo y el gobierno de Piñera son criminales que atentan contra la salud, el bolsillo y la vida de las y los trabajadores.
¡Que no nos roben el sueldo! ¡Ningún despido!
¡No podemos permitir que sea el pueblo trabajador el que pague los costos de esta pandemia, ni tampoco sus consecuencias económicas! ¡Los empresarios se siguen llenando los bolsillos mientras las grandes mayorías arriesgan sus vidas!
Los capitalistas y sus políticos ofrecen una salida que significa degradación de las condiciones de vida y arriesgar la vida en el trabajo. Pero se puede pensar un camino distinto.
¡No a las suspensiones precarizadoras ni que se robe el salario de los trabajadores por el dictamen criminal de la Dirección del Trabajo! ¡Es inaceptable!
Al mismo tiempo, hay denuncias de 200 términos de contrato el en Hospital J.J. Aguirre de la Universidad de Chile cuando más se necesita personal médico, así como despidos en el Metro de Santiago, que se suman a las decenas de denuncias de suspensiones sin goce de sueldo en cadenas de comida rápida como Telepizza, Pizza Hut, Wendy’s y otras.
La irracionalidad del sistema: comenzando una pandemia, su respuesta son despidos, suspensiones y precarización.
¡Ningún despido! Hay que avanzar a la prohibición de los despidos, no sólo porque significa tirar a la calle a familias completas en tiempo de pandemia, sino que también porque los empresarios y el gobierno lo utilizan como una amenaza para negociar peores condiciones laborales como quieren hacer ahora con su “ley de protección del empleo”.
Por eso, frente al dictamen criminal de la Dirección del Trabajo y ante la ley de protección del empleo de Piñera, decimos que ¡#NoNosRobenLosSueldos! ¡#NingúnDespido!
La CUT, con el Partido Comunista a la cabeza, ha mantenido un silencio cómplice frente a este escenario, empujando medidas timoratas como acciones judiciales que ni cosquillas le hacen al gobierno.
¡Que rompan su tregua la CUT, la Mesa de Unidad Social y los grandes sindicatos con este gobierno criminal y convoquen a un paro nacional ya!
Para enfrentar estas medidas precarizadoras del gobierno, conquistar la prohibición de los despidos, y el cese del funcionamiento de los lugares de trabajo no esenciales, con la aplicación de licencias laborales masivas a todos sus trabajadores, a quienes sean población de riesgo y a quienes tengan riesgo de contagio.
Hay que afectar las ganancias de los empresarios: ¡Un impuesto extraordinario al 20% de las principales 10 fortunas del país podría inyectar más de 7 mil millones de dólares al sistema de salud público inmediatamente!
¡La pandemia no puede pagarla el pueblo trabajador! |