La elite brasilera también sigue esta situación y sus peligros. Ya aparecen alas que discuten cómo amortecer los impactos más frontales de los ajustes. Este debate está en curso desde los decretos de Dilma (MPs) que atacan derechos laborales y el Proyecto de Ley (PL) 4330 pero ahora ganan impulso a partir de los sucesos en Paraná . El alto costo político para aprobar el ajuste en Paraná esta encendiendo luces amarillas en sectores de la elite. Uno de estos llamados de atención apareció en la editorial de uno de los columnistas, el pasado jueves, en el importante diario gaucho Zero Hora, argumentado la idea de hacer en aquel estado (Rio Grande do Sul) un ajuste más gradual y dialogado que el de Paraná.
Para no caer en las trampas que buscan presentar los ajustes “menos frontales” como un triunfo es necesario que la izquierda de pasos firmes en la coordinación de las luchas. De lo contrario los agentes del gobierno de Dilma en los movimientos de los trabajadores, como las direcciones de la CUT y la CTB, o aquellos socios de los tucanos como la dirección de Força Sindical, nos venderán gato por liebre. Un ejemplo de este peligro podemos verlo en el dramático aumento en las restricciones que imponen las decretos de Dilma (MPs) 664-665 que aunque fueron menores a las que presentaba el proyecto original, la CUT intenta vender como triunfos (de 6 meses para tener acceso al seguro de desempleo pasaríamos a un año por el acuerdo que la CUT está cerrando, menos que los 18 meses que Dilma decretó originalmente pero el doble de lo que era un derecho de los trabajadores en el país).
El primer paso es rodear de solidaridad la lucha de los trabajadores de Paraná y luchar por la revocación del decreto aprobado mientras centenares de profesores sufrían heridas o eran hospitalizados. Para esto proponemos transformar la indignación en coordinación y lucha: que sean convocadas inmediatamente reuniones y coordinaciones regionales por la central sindical opositora al gobierno CSP-Conlutas, dirigida por el PSTU, donde también participan otros sectores como el Movimiento Revolucionario de los Trabajadores (MRT) y la izquierda del PSOL, como el MES de Luciana Genro y la LSR. A partir de acciones conjuntas de la izquierda, la exigencia a las grandes centrales (como la CUT, CTB y Força) alineadas con el gobierno o la oposición burguesa podría ganar fuerza efectiva, necesaria para el triunfo de estas luchas.
Estas coordinación regional podría organizar acciones y contribuir a romper el aislamiento de las luchas en curso, romper el cerco mediático y contribuir a su triunfo forzando el frente único con sectores de las grandes centrales, aunque sea regionalmente. Frente único que incluya no solo actos y dirigentes sino partir de la fuerza de las bases.
El segundo paso es saber quiénes son aliados y quiénes enemigos. En esta lucha por la educación, que viene ganando presencia nacional, incluso con un indicativo de huelga nacional de las universidades federales, la izquierda necesita saber cómo actuar frente al gobierno del PT y sus dirigentes. Lula se apuró a declarar a la prensa que consideró “bárbara” la represión en Paraná, evidencia el nivel de violencia de la represión, ya que hasta el mismo Lula tuvo que pronunciarse.
La CUT, sin embargo, por más que sus principales dirigentes hayan declarado su solidaridad con los profesores de Paraná, no ha hecho nada hasta el momento. El sindicato de profesores de Paraná, APP-Sindicato, está afiliado a la CUT y a pesar de las protestas, esta poderosa central aún no se involucró. Con esto muestran que prefieren seguir los dictados de Dilma y Lula a defender a los trabajadores, incluso tratándose de un sindicato afiliado.
A pesar de las declaraciones de indignación frente a la violencia en Paraná, el ex presidente no se refirió al violento recorte de R$ 7 billones del MEC (Ministerio de Educación y Cultura) que resultó en el despido de miles de tercerizados en las universidades en todo el país. Para Lula tampoco fue violento el recorte en las becas del FIES (Fondo de Financiamiento Estudiantil) que dejó a cientos de estudiantes fuera de las universidades. Los medios petistas no hicieron ningún reclamo en 2013 cuando el gobierno de Dilma recortó salarios de los huelguistas de las universidades y otros sectores de trabajadores del estado en huelga. La represión financiera puede pasar, ¿solo la que usa balas de goma, no?
Estos cuestionamientos son aún más agudos si pensamos que los recortes educativos promovidos por Dilma y continuados por los gobiernos estaduales de todos los matices, incluso del propio PT, como en Minas Gerais, donde la ley nacional del piso salarial de los profesores no es respetado, se da en el mismo año en que Dilma declaró que el lema de su gobierno sería “Patria Educadora”. A no ser que se refiera a la educación tercerizada, la de los recortes presupuestarios y de balas de goma. No hay grandes diferencias en los planes de los partidos del orden, sea el PT, PSDB o PMDB.
Participamos en las calles y en los conflictos junto a militantes de corrientes de la izquierda del PSOL. Varias corrientes también señalan que la lucha de Paraná debe ser el centro para la actuación de la izquierda. Coincidimos pero es necesario pasar de las palabras a la acción. La izquierda del PSOL tiene responsabilidades en esta situación.
En primer lugar es necesario exigir que los parlamentarios independientes del PSOL como Freixo y Wyllis no solo se pronuncien a favor de estas huelgas sino que pongan su fuerza parlamentaria y los espacios mediáticos que poseen al servicio de estas luchas. Si Freixo y Jean Wyllies militasen para impulsar actos en defensa de las huelgas de profesores, podríamos ganar fuerza en las calles. Todos los parlamentarios del PSOL incluso los de su llamada “ala derecha”, como Ivan Valente, podrían cumplir el papel de ampliar, masificar la lucha en apoyo a los profesores. Ivan Valente es incluso un parlamentario reconocido por sus vínculos con el ámbito educativo, ¿qué medidas concretas llevará adelante frente a tamaño descalabro?
Sin embargo, la izquierda del PSOL nunca hace llamados públicos a las figuras independientes o exigencias a las alas “derechas”. Tampoco encontramos una sola crítica pública a Clécio, intendente de Macapá, del ala de Randolfe e Ivan Valente. Este intendente está ofreciendo a los profesores un reajuste del 4%, valores por debajo de la inflación oficial. Cuando cuestionamos a los militantes del PSOL, responden que Clécio está saliendo del PSOL. Pues bien, en todos los lugares aún es identificado como el “intendente del PSOL”. Si se está retirando, aun mejor, más libertad para ser públicamente criticado y realizar juntos una campaña en apoyo a los trabajadores de la educación de Macapá. ¿A qué se debe el silencio de la izquierda del PSOL frente a tamaño ataque?
La izquierda con peso parlamentario y superestructural del PSOL sumada al peso sindical del PSTU podría cumplir un papel superior en esta coyuntura, bastaría pasar de las palabras a la acción, rompiendo el silencio sobre los eventos de Macapá. El Movimiento Revolucionario de Trabajadores (MRT) pone todas sus fuerzas al servicio de esta orientación para coordinar las luchas y solidarizarnos con las huelgas en curso y con este llamado buscamos acciones comunes y urgentes para el triunfo de las luchas de los profesores en todo el país. |