Esta mañana, AMLO calificó la contingencia sanitaria como una crisis transitoria, donde la mejor arma del pueblo para enfrentarla “será la solidaridad” y llamó a la gente a no salir de sus casas. Sin embargo, sigue sin hablarse de medidas emergentes para atender a los millones de trabajadores "informales" y a sus familias, para quienes el aislamiento de la cuarentena no es opción.
A la pregunta de si se dará algún tipo de apoyo para condonar deudas de servicios básicos como agua y luz, prometió responder el próximo domingo.
También ratificó su llamado a la solidaridad en las familias, pero también con los empresarios que, según AMLO, están entregando sus salarios a sus trabajadores y mandándolos a sus casas. Nada se mencionó sobre las condiciones en las que las y los trabajadores están siendo enviados a la cuarentena, que en realidad es con un salario diezmado por el descuento patronal en el mejor de los casos. Los despidos van al alza.
Sobre el plan económico nacional de desarrollo frente a la crisis, anunció una conferencia especial el próximo domingo. Lo que sí adelantó es que se "profundizará" el plan de austeridad, "para que no haya más lujos". Hasta el momento, esta "austeridad" ha implicado miles de despidos y recortes.
Sobre el plan anunciado el día de ayer por el gobierno de Donald Trump en materia de seguridad para enfrentar el narcotráfico, que implica acciones en nuestro país, nada dijo, a pesar de la interpelación por un periodista. AMLO se remitió a referir que hay buena relación entre el gobierno de Estados Unidos y el gobierno de nuestro país, basada “en la cooperación y el respeto” y adjudicó a esto que se haya podido cancelar la Cervecera de Mexicali, y respetar los recursos de la población de Baja California. Nada dijo de la resistencia del pueblo de esta localidad en defensa de sus recursos y mucho menos de las implicaciones del nuevo plan estadounidense en la relación de dependencia y subordinación con la Casa Blanca. |