Empresarios y sindicatos pactan acuerdo “común” para evitar la propagación del COVID-19, anunciando graves consecuencias para los trabajadores con despidos y cierres de fábricas.
El día de ayer, la iniciativa privada y organizaciones sindicales en Puebla y Jalisco, dos de las principales ciudades industriales en el país, acordaron un pacto de unidad ante la emergencia sanitaria del COVID-19, advirtiendo despidos masivos y cierre de fábricas.
Tras la declaración de emergencia sanitaria emitida por el presidente Andrés Manuel López Obrador para suspender actividades no esenciales en el país, el sector empresarial y organizaciones sindicales se reunieron y pactaron los acuerdos.
En la “Agenda de crisis ante el covid-19 en favor de la Estabilidad Laboral y Empresarial en el estado de Puebla”, participó el Consejo Coordinador Empresarial y del sector sindical la FROC-Conlabor, la Confederación de Trabajadores de México (CTM), la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (Catem) y el Sindicato Ignacio Zaragoza. Entre los acuerdos, destacan:
• Las demandas colectivas quedaran suspendidas durante la cuarentena
• Apoyo al sector productivo con exención de impuestos y estímulos (el ISN, ISR, devolución de IVA)
• Registro de establecimiento cerrados y despidos durante la contingencia
El “Pacto de estabilidad y empleo en Jalisco”, en ese mismo sentido, señaló:
"Las graves consecuencias que esta medida tendrá para nuestras economías locales, el cierre definitivo e inevitable de empresas, la pérdida de miles de empleos y pérdida de miles de empleos. Significa que priorizamos la salud de todas y todos".
Esto fue firmado por Cámara de Comercio de Guadalajara, el Consejo Agropecuario de Jalisco (CAJ), la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), El Consejo Mexicano de Comercio Exterior (Comce) de Occidente, el Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco (CCIJ), y, por parte de los sindicatos, la CTM, CROC, CROM y CROC-FROC.
Salud es también licencias masivas y salarios íntegros
“La unidad ante la emergencia sanitaria” es más bien un claro anuncio de los sectores empresariales de despidos masivos y cierres de fábricas como consecuencia de “priorizar la salud de todas y todos”.
Lo que queda claro es que el cambio en las circunstancias actuales causadas por la crisis sanitaria no cambia los intereses de la clase empresarial y de los dirigentes charros.
Resulta cínico que los “pactos de unidad”, en el que participan las principales cámaras de comercio en México, empresarios nacionales y centrales sindicales, ante la dura situación que viven las familias afectadas por la caída del peso, los bajos salarios y los trabajos precarios, hoy hablen a favor de la salud, cuando quieren “justificar” los despidos por las afectaciones económicas.
Una vez más, muestran que sus únicos intereses es preservar sus ganancias a costa de la vida de miles de trabajadoras y trabajadores. Ni una palabra dicen sobre poner al servicio las fábricas para producir equipos e insumos médicos, invertir para generar test masivos y prevenir futuros contagios, abrir los hoteles y desarrollos habitacionales como albergues.
Y las direcciones sindicales le dan un espaldarazo a clase trabajadora, traidoras en estos momentos en que la vida de millones de trabajadoras y trabajadoras están en riesgo, mientras ellos preservan sus privilegios políticos.
Al contrario de sus pactos de unidad por la salud, salud hoy significa licencias pagadas al 100% para todos los trabajadores de todas las ramas no esenciales y para los trabajadores que sean parte de los grupos vulnerables o con hijos menores de edad.
A la par es urgente la prohibición de los despidos por decreto o legislación, para que ninguna familia quede en calle durante la pandemia. |