El Centro Azucarero Argentino (CAA), publicó en el día de ayer una carta dirigida a Alberto Fernández, en la que enumeran una serie de reclamos que consideran “indispensables” para asegurar la subsistencia de la producción de bioetanol y el mantenimiento de la planta laboral.
A través de su presidente, Jorge Feijóo, la entidad patronal solicita que la asignación de abril respete los volúmenes de bioetanol pedidos por cada industria, que el corte en las naftas sea incrementado al 15% o más (actualmente el cupo es de 12%), que se actualice el precio del producto con la formula vigente y se prorrogue por 5 años el Régimen de Regulación y Promoción para la Producción y Uso Sustentable de Biocombustibles de la Ley 26.093. Y considera estas medidas como "indispensables para su subsistencia y hacerse eco del llamado a mantener la planta laboral".
Aunque el aumento del precio del bioetanol es un reclamo que vienen sosteniendo los industriales desde el año pasado debido al desfasaje respecto de la inflación, esto no significa que estén perdiendo. De hecho, los dueños de ingenios azucareros y refinerías vienen siendo señalados por la especulación con los precios del azúcar y el alcohol desde hace tiempo.
Y no es para menos, el precio de la bolsa de azúcar común tipo A de 50 kg, pasó de $ 630 en enero de 2019 a $ 1850 en la actualidad, un salto de 193% en poco más de un año, cuando la inflación fue del 53%. Desde los inicios de la pandemia, la Secretaría de Comercio también registró aumentos en el precio de venta del alcohol para uso medicinal. A río revuelto, ganancia de pescadores.
Los ingenios azucareros son los principales productores de alcohol del país, el negocio alcanza también magnitudes estrafalarias. Empresas líderes en el rubro como Ledesma (Jujuy), produjo 90 millones de litros en la última zafra mientras el El Tabacal, de Salta, destiló 279 millones de litros. Si a ello sumamos la producción de los ingenios de Tucumán, en total produjeron 323 millones litros de alcohol desde la última zafra hasta el 15 de febrero de 2020. Aunque el 90% se destina a la producción de bioetanol, la pandemia ha abierto una gran posibilidad de negocios ante la escalada en la demanda de alcohol para uso medicinal. La donación de algunos litros a los estados provinciales en medio de esta crisis, como se ve, es pura demagogia.
Pero ahora además solicitan una actualización de los precios del bioetanol y un aumento del corte en naftas de tres puntos con una amenaza velada de despidos en la industria. No se puede aceptar este chantaje. La producción de alcohol debe ser declarada de interés público para su distribución gratuita en los barrios más pobres y hospitales públicos de todo el país. | 
