Las imágenes son crudas, tristes, dan bronca. Otra vez son las jubiladas y los jubilados los que sufren en la calle durante horas para llegar a la ventanilla de las cajas de los bancos.
Llegaron de madrugada, cuando se sentía el frío de los primeros días de este otoño en cuarentena. Ellos y ellas son el sector de mayor riesgo en esta pandemia y tienen que hacinarse en filas larguísimas.
— La Izquierda Diario (@izquierdadiario) April 3, 2020
Muchos se descomponen, tienen que literalmente tirarse en la vereda porque no pueden mantenerse en pie.
Cobran en su mayoría la mínima, poco más de 15 mil pesos, que se les irán como agua entre las manos en la compra de medicamentos y apenas algunos alimentos.
Para ellos la cuarentena no rige, mientras funcionarios y banqueros los insultan en la cara: Alejandro Vanoli, titular del ANSES les dice que esto “tiene que ver con la idiosincrasia de muchos, por muchas razones, de agolparse el primer día y de hacer colas”. Ir a buscar las monedas para paliar el hambre es una idiosincrasia. Brutal
Provocador, total, él lo mira desde su suntuosa vivienda, Claudio Cesario, presidente Asociación Bancos Argentina, dijo en TN: "Si los que cobran AUH se pueden ir, váyanse y dejen a los jubilados. Vuelvan a las seis de la tarde"
Este viernes, las escenas que no dejan de causar consternación, tristeza y bronca, no hicieron más que comprobar una vez más que para el Estado y, aún más, para los grandes grupos financieros, la salud y la vida de millones de ancianos, jubilados y personas consideradas “grupos de riesgo” por la Organización Mundial de la Salud no valen más que las ganancias de los banqueros, que siguen amasando fortunas a costa nuestra.