Edgardo Geminelli, dueño de la planta Gemplast, la fabrica líder de producción de plásticos de la Argentina que se incendió el pasado 25 de abril, pide “solidaridad” por las redes sociales para volver a poner la fábrica en marcha. Una planta que estaba sostenida bajo mano de obra tercerizada y sobreexplotada, como venimos denunciando en La Izquierda Diario.
Geminelli hizo circular, por una cadena de mails del diario empresarial Punto Biz, un pedido de solidaridad que rezaba la siguiente leyenda: “Buenos días a todos, reenviar por favor este artículo a todos sus contactos y pidan que los reenvíen a los suyos, es fundamental que se sepa en el país, comentar que Geminelli inició la reconstrucción, pero necesitamos la ayuda de todos y cada uno, con lo poco o mucho que puedan colaborar. Abrazo.”
Este pedido está adjuntado a una entrevista que el periódico le hizo al empresario el sábado pasado, donde se lo ve en una fotografía hogareña “esforzándose” por poner en pie la planta. Allí reconoció que la pérdida en maquinarías y materia prima es de “varias decenas de millones”. Además, anunció que en 15 días van a estar produciendo nuevamente.
La pregunta que surge ante esta situación es si las maquinas estaban aseguradas y, de ser así, dónde está la plata de ese seguro. El empresario que sale a pedir “solidaridad” tampoco nombra la situación de los tercerizados, que fueron la base de la acumulación de su empresa, y los primeros que pagaron el precio del siniestro. La fábrica operaba en dos turnos rotativos de 12 horas, donde la cantidad de obreros variaba entre 300 y 600 según la temporada, por lo tanto, cuando bajaba la producción se despedía masivamente. Entonces, ¿dónde está la ganancia de todos estos años?
Los tercerizados ahora están suspendidos temporalmente sin goce de sueldo por 45 días hábiles, como denunciamos en este diario. Por otro lado, los obreros en planta permanente tienen la promesa del cobro del subsidio REPRO de dos mil pesos, más un adicional de 900 pesos para quienes tengan hijos menores de 24 años. Además de un aporte provincial de 1400 pesos. Estos subsidios no suman ni la mitad del sueldo que cobraban.
La tan ansiada “normalización” de la planta consiste, como anunció su socio gerente en una reunión, en que por cada máquina que entre, ingresarían 3 operarios a trabajar. Y los demás, si se pueden ir buscando otro trabajo, que lo hagan. Una clara invitación a la renuncia involuntaria. |