La actual crisis sanitaria ha manifestado las contradicciones que el propio sistema capitalista reproduce, desde la crisis económica previa a la pandemia, hasta el sistema de salud colapsado, incluso en los países desarrollados.
La propagación del COVID-19 ha cobrado la vida a más de 72 mil personas e infectado a más de 1.2 millones en el mundo. Estas cifras se encuentran relacionadas con las políticas de poca o nula prevención que los gobiernos han implementado, las cuales dejan al descubierto el colapso del sistema de salud, cuya infraestructura e insumos básicos como gel antibacterial, mascarillas, camillas y respiradores artificiales, son insuficientes para enfrentar a la pandemia.
Es así como el reconocido politólogo e intelectual estadounidense Noam Chomsky mencionó en una entrevista para el diario italiano Il Manifiesto, su rechazo a la idea conspiranoica sobre la propagación del virus con fines políticos, asimismo, hizo hincapié sobre la crisis sanitaria y su relación con las políticas neoliberales:
“Esta crisis es otro ejemplo importante del fracaso del mercado, al igual que lo es la amenaza de una catástrofe ambiental”.
Además, mencionó que las grandes industrias farmacéuticas y el gobierno de Estados Unidos sabían desde hace años la posibilidad de la propagación de una grave pandemia, sin embargo, fue inexistente la preparación para ello, debido a la baja rentabilidad para sus ganancias. Finalmente, agregó “el asalto neoliberal ha dejado a los hospitales sin preparación. Un ejemplo son las camas que han sido suprimidas en nombre de la ´eficiencia´”.
Es claro que esta crisis sanitaria es un reflejo de las medidas neoliberales que durante décadas los gobiernos han introducido en las economías, las cuales se basan principalmente en la reducción del gasto público, afectando de esta manera a los principales servicios básicos, como la salud y la educación.
Asimismo, producto de este sistema económico, la flexibilización laboral u outsourcing son la actual dinámica laboral, lo cual conlleva el incremento de la precarización y explotación laboral, y como consecuencia la reducción de derechos laborales, como el servicio a la salud o actualmente, en plena contingencia sanitaria, la obligación de asistir a sus centros de trabajo sin ninguna medida sanitaria, o las suspensiones del salario ante la decisión de alguna trabajadora o trabajador de ejercer su derecho a la cuarentena.
Para enfrentar a la pandemia del Covid-19 es importante el desarrollo de un plan integral de salud que implica la realización de test masivos, así como la adquisición de insumos básicos como mascarillas, gel antibacterial, ventiladores, camillas, respiradores, etcétera, además de la centralización por parte del Estado del sistema de salud, el cual incluya al sector público y privado.
Con información de La Jornada |