Pocas veces sabemos de las actividades dentro y fuera del aula de los docentes, quienes año a año son estigmatizados por los medios masivos de comunicación. Esta vez la noticia proviene de la modalidad especial, docentes que día a día transitan por los distintos establecimientos del nivel acompañando a sus alumnos, sabiendo lo que es la discriminación, el desconocimiento o el miedo ante lo considerado distinto por un sistema en el cual la normalidad es lograr cumplir con la demanda del mercado.
Muchos de estos docentes también, acompañan dentro de sus instituciones, no solo la discapacidad, sino también todos los problemas que la falta de una buena alimentación, un entorno con condiciones dignas de alimentación, higiene, vivienda y salud que termina generando la exclusión de estos niños de una sociedad que pretenden hacer cada vez más competitiva e individualista. Quizás sean estas algunas de las razones, junto a la falta de políticas estatales que garanticen lo elemental, por las que las docentes tomaron en sus manos la iniciativa de elaborar y fraccionar elementos de higiene para su comunidad educativa.
Las y los trabajadores de la educación de ambas instituciones no solo realizaron esta actividad en sus hogares, cumpliendo aparte con las tareas de continuidad pedagógicas, sino que pidieron autorizaciones para repartirlas entre las familias más vulneradas de su comunidad.
Aquí ilustramos con imágenes. La solidaridad en un momento de tanto aislamiento viene a sentar nuevas bases en épocas de Coranovirus.
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