Frente al avance de la pandemia, 10.1 toneladas de mascarillas KN95 y guantes fueron enviados por China, a petición del gobierno mexicano, para resolver la falta de suministros. Serán distribuidos entre el personal del Instituto Mexicano del Seguro Social, al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de Trabajadores del Estado y a personal de PEMEX y la Secretaría de Marina, así como a otras unidades del sector salud.

Según la Secretaría de Salud, estos insumos son necesarios para enfrentar la pandemia de coronavirus, sin embargo, el propio subsecretario de Salud, López Gatell, ha declarado que no es necesario usar cubre bocas si no se entra en contacto con personas infectadas. Algo difícil de discernir cuando 80% de éstas son asintomáticas.

López Gatell anunció, además, que los envíos desde China continuarán, para garantizar suministro de respiradores, ventiladores y otros insumos. No obstante, salta a la vista la pregunta de por qué el gobierno mexicano no implementa medidas más duras, como reconvertir la producción, obligando a los empresarios a que dejen sus giros y garanticen la producción de insumos médicos y sanitarios necesarios para la pandemia.

Si bien la emergencia sanitaria puede justificar que tengamos que importar toneladas de guantes y cubre bocas desde China, México ha desarrollado una poderosa industria maquiladora tanto en textiles como en plásticos que sería perfectamente capaz de cubrir los suministros de aquí en adelante.

Trabajadores de varias plantas industriales han externado su disposición a producir estos insumos, cuestionando la decisión de muchas patronales de mantener el funcionamiento productivo para generar mercancías que no son necesarias para enfrentar la pandemia, demostrando la falta de planeación real detrás de la producción capitalista.

Incluso,obreras de una cooperativa han definido suspender su producción textil y fabricar cubrebocas, demostrando que donde los de arriba quieren preservar ganancias a costa de nuestras vidas, la clase trabajadora puede contraponer un programa alternativo que priorice las necesidades de las grandes mayorías.