En estos tiempos de crisis sanitaria y de crisis económica, se hace necesario- trayendo a la memoria la revolución del 52- aprender de la experiencia y la lucha de las y los trabajadores, para enfrentar los planes del capitalismo. Para conmemorar esta fecha reproducimos en esta nota el Documental "24 revoluciones por segundo" de Asseph Cabero.
El 9 de abril de 1952 se da inicio en Bolivia la primera revolución obrera sucedida en tierra Latinoamérica. Su importancia radica por el rol dirigente y revolucionario que tuvo la clase obrera apoyada por sectores campesinos y populares para vencer. Pero también, su trascendencia reside en el programa revolucionario que levantó.
La revolución que los trabajadores y las masas oprimidas habían iniciado terminó con la derrota del ejército y el triunfo de los obreros y campesinos, lo cual dio como resultado cambios políticos, sociales y económicos que se expresaban en el voto universal, la reforma agraria, la nacionalización de las minas, la reforma urbana del 54 y la escolarización masiva. Otro de los grandes resultados que dio la revolución fue la fundación de la Central Obrera Bolivia (COB), como el verdadero poder obrero, como un organismo de frente único de los trabajadores armados.
Lamentablemente, la posibilidad de que la COB tomara el poder en sus manos para fundar un Gobierno de la clase trabajadora, se desvaneció producto de la política conciliadora de la dirección de Lechín, llamando a los trabajadores y trabajadoras a confiar en el Gobierno del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). No muy lejos estuvo de este papel nefasto el Partido Obrero Revolucionario (POR), que teniendo en ese momento una fuerte presencia dirigencial en la clase obrera, liquidó la posibilidad de que la COB se apoderara del poder, dando su voto a favor de Lechín y otros dirigentes para que se incorporaran como ministros obreros en el Gobierno del MNR.
Como resultado de la traición de los dirigentes de la COB y de la claudicación del POR al Gobierno, es que el MNR pudo expropiar la revolución a los obreros y campesinos, y deshacer los logros de la revolución, y devolver en los años posteriores -producto del desarme y la derrota de los obreros con la dictadura de Barrientos- el poder a la burguesía.
El legado de la revolución del 52
La Revolución del 52 nos ha dejado bastantes aprendizajes de mucho valor político, programático y estratégico, y, sobre todo, que la experiencia y la lucha de los trabajadores no puede ser entregada, y, que en este momento histórico donde la crisis se muestra amenazante, lo que se hace urgente es poner en marcha un proyecto político propio de las y los trabajadores.
Frente a la crisis socio-sanitaria que está generando el Covid-19, estamos convencidos que la única manera de hacerle frente es a través de las organización de los trabajadores y trabajadoras. En este sentido, planteamos como medidas el control obrero de las fábricas para reconvertir las capacidades productivas y ponerlas al servicio de producir y dotar de manera masiva insumos de bioseguridad; apoyar las luchas y reclamos de los cientos de fábricas y establecimientos donde los trabajadores y trabajadoras exigen condiciones básicas de seguridad e higiene y el reclamo de licencias pagas al 100% de los sectores que no consideran ’esencial’ su trabajo; plenas libertades de organización y lucha, que favorezcan la creación de comités de higiene y salubridad con delegados votados por las y los trabajadores. Prohibición de represalias y salario al 100% para quienes dejen sus puestos de trabajo. Estas medidas solamente las lograremos recuperando los sindicatos y las organizaciones de los trabajadores y las trabajadoras.
¡Recuperar las lecciones de la revolución del 52 para enfrentar la crisis sanitaria!
¡Recuperar las lecciones de la revolución del 52 para que la crisis que se avecina la paguen los capitalistas!
Ver aquí documental "24 revoluciones por segundo" de de Asseph Cabero
