El Decanato y el Centro de Estudiantes quieren presentar como un “triunfo” el comienzo de las clases virtuales. Muchos estudiantes se hace la misma pregunta: ¿qué pasará con los que no tienen los recursos para acceder? ¿Vamos hacia una elitización de la universidad?
Según los resultados de la propia encuesta que realizó la Facultad de Filosofía y Letras (UNT), el 39 % de los estudiantes no tiene PC. Es decir, de los 3000 que respondieron la encuesta, hay 1228 que sólo accederán desde su celular a las clases virtuales, de esos 1228, 440 sólo se conectan desde la red de datos de su compañía telefónica. Nosotros nos preguntamos, en tiempos de pandemia, y cuando ya comienzan a sentirse las consecuencias económicas en millones de hogares, quién podrá seguir pagando Internet o la cuenta de celular.
Es válido recordar que la agrupación que conduce el CUEFyL, La Bolívar, está relacionada con el ministro de Desarrollo del gobernador Juan Manzur, Gabriel Yedlin y con el gobierno nacional actual, a quienes les hicieron campaña para la fiesta del estudiante en la facultad. Por lo que no es raro que hagan de correa de transmisión de las decisiones de la actual gestión de la Facultad, que tiene a la última decana electa ascendida a un cargo nacional por Alberto Fernández.
Una estudiante de Ciencias de la Educación opinaba: “Que se lleven de los datos de cuántos tienen celulares es polémico, porque para conectarse hay que tener Internet, yo por ejemplo en mi casa estoy sin WiFi y no puedo entrar al campus a inscribirme porque los datos del teléfono no me dejan, no hay suficiente señal y los datos se terminan rápido”.
Claramente el cursado “virtual” es un política elitista que desconoce la realidad de miles de estudiantes, que por diferentes cuestiones ya venían teniendo inconvenientes para acceder al campus virtual, esto sumado a que muchos docentes pusieron de su propio bolsillo y esfuerzo para tan sólo en semanas poner en pie más de 3 mil aulas virtuales. Ellos tampoco tienen 100 % de acceso a los dispositivos y capacitación correspondiente por parte de la UNT, en una encuesta que hizo Adiunt, se puede saber que el 50 % de los docentes y auxiliares de cátedras comparten sus PC o notebooks con toda su familia. Por eso también desde este medio, apoyamos a los y las docentes que sacaron una declaración denunciando la precarización laboral que la Universidad intenta implementar con las cursadas virtuales.
Son muchísimos estudiantes que por la situación de crisis sanitaria y económica, que está cursando el país, no pueden seguir con la carrera por problemas económicos. Hay miles de despidos y suspensiones en el país, y la juventud es la que tiene los peores trabajos, en call centers, comercios y lugares de comida rápida, que como es de amplio conocimiento, también hay despidos, suspensiones o directamente pagan sólo la mitad del salario como la multinacional yanqui McDonald’s.
Si te despiden del laburo o te pagan la mitad como en Mc ¿cómo haces para pagar la factura de Internet?
Desde que comenzó la pandemia, en el país y en la provincia se invierte más plata en policía y represión que en educación, a los docentes le cerraron las paritarias a la baja con la supresión de la cláusula gatillo mientras llenaron los barrios de policías para reprimir a trabajadores que necesitaban salir a buscar la comida del día.
Por eso de este gobierno no se puede esperar mucho, son los estudiantes los que tienen que debatir y exigir que nadie quede afuera de la facultad, y cuestionar el rol que puede jugar la universidad en esta crisis, con el centro de estudiantes a la cabeza. Todos los recursos con los que cuenta la universidad tienen que estar al servicio de que les estudiantes accedan a las cursadas y no dejar miles afuera.
Que se escuche la voz de les estudiantes
En el vivo que realizó ayer La Bolívar en Instagram, lejos de hablar de la realidad, como la expulsión de cientos de estudiantes, miles de detenciones ilegales, jubilados amontonados en la puerta del banco para poder cobrar ya que no llegan a fin de mes, aparecieron casi como parte integrante de la gestión y autoridades de la facultad. Ellos son los que emiten este comunicado, dejando a los estudiantes a su propia suerte y haciendo que cada vez sea más de élite la posibilidad de acceder a la universidad en esta situación. No está de más decir que en ningún momento se le consultó a les estudiantes cómo opinaban que tenía que resolverse esta situación.
Desde Filo a la Izquierda y la Juventud del PTS se viene planteando que hay que exigir al gobierno un plan integral de becas para todos los estudiantes, para poder financiar sus estudios y que ningún estudiante tenga que decidir entre comer o continuar con la carrera, ante esta grave situación económica.
Sólo con el 3 % de impuestos a los más ricos de la provincia como el Grupo Lucci o Papelera Tucumán, se podría garantizar sueldos de cuarentena a los que no estén cobrando y para los desocupados. La semana pasada se destinó U$S 250 millones para el pago de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional, mientras ese dinero podría ponerse para cubrir las necesidades de miles en todo el país, comenzando por la educación y la salud.
Además, ¿el único rol que puede jugar el centro de estudiantes es pelear por la reglamentación de las cursadas virtuales?
La intervención como estudiantes para evitar el impacto de la crisis sanitaria en los trabajadores y las mayorías populares es esencial, por eso desde Filo a la Izquierda se abrió la convocatoria para que estudiantes e investigadores podamos colaborar con la crisis social abierta en nuestro país. Impulsan la creación de un Observatorio Social de estudiantes, docentes e investigadores, que investigue la situación económica de barrios y las condiciones laborales de los trabajadores, para debatir cuáles serían las medidas de emergencia que se tienen que tomar en esta crisis.
Hay que poner todos los conocimientos al servicio de los trabajadores y los sectores populares que son los que están perdiendo en medio de esta pandemia.