Recientemente la progresía hizo circular varios memes, algunos burlándose de Nicolás del caño, otros alardeando por "el profe" en alusión a Alberto Fernández y en otros diciendo "no están preparados para tener ésta conversación", en línea, claramente, con su discurso de "correte trosko y déjanos gobernar".
Tratando de ocultar en la nimiedad de esos memes, el hueso de la cuestión, de lo que realmente pasa: son los empresarios los que le están diciendo a Fernández, correte Alberto y dejanos gobernar.
Pero ¿de qué hablás? -Se preguntará el progre- si "el profe" fue muy claro con sus datos comparando que estamos mejor que en otros países. Y como si fuera poco- arremete con firmeza- el hecho de pasar de ser víctimas a actores de la cuarentena es un concepto adecuado, nos pone en el lugar de la responsabilidad social -o individual?, me pregunto-.
Y así como ahora somos actores, también somos responsables de ir a buscar el virus. Si, así tal cual. Porque si vos sos él o la que sale a laburar porque no te queda otra, porque te tenés que ganar el mango, porque estás precarizado y tu laburo pende de un hilo, no podés elegir quedarte en tu casa o no. No es una opción elegir. Porque tenés que comer, alimentar a tus hijos, pagar el alquiler, los servicios y todo el choclo de gastos en que se nos van los sueldos miserables.
Pero ¿de qué me estás hablando? ¿de salir a correr?. Yo me pregunto: ¿a quién le hablaba Alberto?. Y ahora te cuento por qué.
Los que venimos laburando hace años en gastronomía, y los que no hace tanto, podemos explicar sin "filminas" ni pantalla alguna, las condiciones en que siempre hemos laburado.
La gastronomía, y más aún en La Plata, se sostiene en un gran porcentaje por el laburo de muchos y muchas estudiantes universitarios platenses, del interior y de otros países que necesitan pagar el alquiler y sus estudios. También por muchas y muchos pibes que son padres y madres de familia de los barrios populares. Hay quienes limpian baños, lavan los platos, cuidan niños y niñas con sueldos de miseria, algunos otros que están en la atención al público hacen un mango más con propinas.
Pero esto no es todo. Quisiera saber, las y los que laburan en gastronomía, ¿cuántos han logrado ser blanqueados en todas las horas que laburan y no la mitad, muchas veces esto siendo un impedimento para acceder a beneficios sindicales, porque ni siquiera para pagar unas vacaciones te alcanza?
Sin obra social, sin ART. Pero encima como si de un juego perverso se tratara, los mismos burócratas que pactan con los patrones la precarización de sus empleados y empleadas, son los que después aparecen para "verificar" que aquellos estén en regla, siendo que desde el sindicato gastronómico de La Plata, conocen muy bien bajo qué condiciones se emplea en este sector.
He visto cosas terribles en estos años de gastronomía, como que un laburante luego de caerse de una banqueta y darse un fuerte golpe, tenga que seguir laburando hasta las cuatro de la mañana como si nada y con un dolor terrible en su brazo y para peor ver cómo al día siguiente los patrones se reían de ello mientras veían las imágenes que la cámara había registrado.
En ese mismo lugar, un cocinero se cortó el dedo de tal magnitud, que no le paraba el sangrado. Pero no podía irse, porque era sábado y solo tres cocineros para un lugar con tres salones y más de 400 comensales. Hubo un tiempo donde el Restaurante Islas Malvinas, que siempre fue concesión municipal, durante años nos tuvieron en negro, sin aportes, nos querían pagar el aguinaldo en tres veces y nos negaban desayunar pese a que trabajábamos durante ocho horas.
No sorprende de la Municipalidad que es una maquina de precarizar, así lo expresan por ejemplo los trabajadores cooperativistas de la Ciudad.
Ahora decime, vos que laburas o laburaste en gastronomía: ¿Cuántas veces tuviste que mentir ante una inspección y decir que laburabas la mitad de las horas, que estabas "a prueba" para poder seguir laburando y que no te echen?
Lugares que claramente como los que mencioné, tienen la capacidad como para tener a sus trabajadores en condiciones, contratar más personal y si quisieran, repartir las horas de trabajo para que nadie se quede sin laburar.
Los y las que en algún momento pudimos organizarnos y arrancarles algo, hemos visto la burocracia inmunda y rapiña que es el sindicato gastronómico, siempre arreglando por atrás con los patrones y avisándole cada vez que las y los laburantes se organizan y deciden elegir un delegado.
Hoy muchas y muchos estamos en negro, sin laburo o quizá muchos otros al estar blanqueados solo cuatro horas y sin cobrar, hoy no pudieron acceder al IFE porque para la Anses estás registrado.
Entonces cuando escucho por largo tiempo una conferencia en la que se omite hablar de la realidad de las mayorías, de los miles de despidos, es muy difícil no preguntarse ¿a quién le habla Alberto? Somos miles las y los que no podemos quedarnos calentitos en casa pensando qué serie ver, leyendo algún libro o estudiando para cuando todo vuelva a la normalidad, ni hablar de tener la tranquilidad de que estás en tu casa y vas a seguir cobrando, eso para nosotros no existe.
¿Realmente Alberto crees que mi preocupación hoy es si puedo salir a correr por el Bosque de La Plata?
Lo que he visto todo este tiempo, es que los decretos son papel mojado cuando empresas como Penta, (que no sólo despidió a sus trabajadores sino que además les mandó la bonaerense de Berni y Kicillof a reprimirlos) como Burger, McDonalds, (que dejan a los pibes sin un mango mientras reciben subsidios del Estado y ganan millonadas por día) Techint, que se le ríe en la cara al (o con el) gobierno despidiendo por miles a sus trabajadores, con total impunidad y sin ningún costo, dejando en la calle a miles de familia en medio de una crisis sanitaria y económica, con despidos y suspensiones ilegales.
¿Dónde están las sanciones a estas empresas que ganan millones?, ¿Qué pasa con empresas como Rappi, Glovo y Pedidos YA que hoy al ser una de las pocos fuentes de laburo de muchas y muchos jóvenes, lucran en medio de la pandemia precarizando y matando a jóvenes como pasó en Rosario?
Y como si fuera poco, la progresía con sus memes siendo parte de ocultar esta realidad e intentando promover una retórica venida a menos. En su lugar afirman que "no estamos preparados para tener ésta conversación", sin dudas no vamos a conversar y dejar por fuera la realidad de miles, de los que lo estamos viviendo en carne propia con la incertidumbre de no saber si el mes próximo tendremos para pagar el alquiler.
La realidad de quienes viven hacinados en los barrios populares, que además de padecer el hambre y la violencia de la Policía, ahora van a ser confinados en ghetos de pobres para que se contagien entre ellos a lo que se intenta embellecer como cuarentena comunitaria.
Pero los pibes de McDonalds, Burguer King, Starbucks no se quedan callados, los obreros del frigorífico Penta salieron a la calle, los repartidores callejeros preparan un paro para la semana próxima, ¿de verdad piensan que nos vamos a quedar en el molde, viendo nuestro futuro en los diarios de ayer?, ¿de verdad se piensan que otra vez la vamos a pagar nosotros, los de abajo? Se confundieron muchachos, no es hora de ganar menos, es hora de que demos vuelta todo. Es hora de organizarnos y coordinar entre trabajadores, estudiantes y desocupados.
Ya vimos en estos días los ejemplos de empresa como madygraf (ex Donnelley) recuperada y bajo control obrero que en conjunto con estudiantes de la UNSAM Produjeron alcohol en gel, la trabajadoras de la textil de Neuquén que reconvirtieron su producción para realizar barbijos. ¿Te acordás de Zanon en 2001? La ceramista de Neuquén, que contrataba trabajadores mientras despedían por todos lados. Sin embargo el progresismo prefiere seguir diciendo que somos unos utópicos.
Hoy la izquierda es la única voz de los miles que estamos precarizados o sin trabajo. Como trabajadora en gastronomía y estudiante, soy parte de las y los que militamos en la juventud del PTS que pese a las horas y el desgaste que nos generan los laburos que hemos tenido, reinvindicamos la militancia revolucionaria porque no nos queremos resignar a aceptar la miseria, no queremos ser los que paguemos la fiesta que durante años tuvieron los grandes empresarios y mientras ellos amasaron fortunas hoy miles están en la pobreza.
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